viernes, 2 de septiembre de 2011

Francisca

Les voy a decir una cosa...

En mi trabajo, como en una consulta del psiquiatra, se puede (en concepto) encontrar el mismo tipo de humanos con patologías diversas, pero el concepto de formato varía según lo que suba al carromato.

Si les cuento que el sujeto que subió a mi taxi era un tipo normal, con una cara normal, con un peinado normal, con unos ademanes normales para su edad, edad normal. Y así podría seguir hasta la Navidad.
El hombre después de decirme a donde quería que le trasladara coge el teléfono móvil y llama a un conocido.

La conversación se torna en un tanto personal y privada aunque el volumen del hombre era perfectamente audible por un servidor de ustedes que aunque llevaba a Sade, le oía perfectamente.

De repente, en el vacío de Keep Looking y Clean Heart (Stronger Than Pride de 1988, se lo recomiendo) me llamó la atencion la exposicion que el sujeto normal hacía a su interlocutor, le decia:

- "...Pero es que, sus orgasmos tenían, sin lugar a dudas, un rasgo muy marcado de su personalidad... De carácter sumiso, callada y vergonzosa, al llegar al orgasmo, Francisca inclinaba la cabeza hacia abajo, cerraba los ojos y sonreía con dulzura... Sonreía como si estuviese en un sueño. Sonreía como quien añora. Se relajaba sobre mi cuerpo y se dejaba llevar, moviéndose pausadamente como el trigal en la brisa... ¡Como la echo de menos a lo largo del día!"

He de confesarles que uno despues de casi un año de apatruyamiento, tiene el cerebelo con callo, pero no deja de sorprenderme la curiosa variedad humana que existe.

El hombre prosiguió con tono de nostalgia:

"Luego se recostaba a mi derecha, usaba mi brazo como almohada y se acurrucaba... Yo la abrazaba todavía agitado, deseando que me diga lo mucho que me amaba, lo mucho que disfrutaba al revolcarse sobre mis sábanas, lo mucho que me extrañaba cuando no estaba conmigo... Y esperando, entregado a su maquiavélico silencio, me quedaba dormido y soñaba con ella... Al despertar, Francisca siempre estaba a mi lado y en la misma posición..."


Lo primero que se me ocurrió decirle cuando colgara es darle mi mas sincero pésame por la perdida. No es fácil encontrar la pareja ideal que llene de magia los días tenebrosos que tenemos, aunque el señor solo hablaba de los momentos íntimos y personales que había tenido con Francisca. Que, por otro lado, ya la podría llamar Paqui o Cuqui o yoquesé...

Pero la magia se esfumó al oír su respuesta a la pregunta de su interlocutor al otro lado del telefono:

- "¿Y como la ocultas para que tu mujer no se de cuenta?"

El, orgulloso responde:

- "Pues, encontré una caja de unas botas camperas de mi mujer, y plegandola con mucho cuidado la meto debajo de la cama. Eso si, la saco todo el aire, no vaya a estropearse o pincharse..."


Sin comentarios...

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