sábado, 24 de marzo de 2012

La Necesidad Inecesaria



-"Mi primer móvil, un Alcatel con forma de habichuela, me lo regaló mi primer novio. Íbamos a hablar cuando quisiéramos, sin estirar el cable del fijo por debajo de las puertas a riesgo  de descalabrar a quienes se iban tropezando por la casa con el hilo amoroso de la adolescencia. Íbamos a tener más libertad. Íbamos a estar más conectados, más unidos. Ahora ni tengo ese móvil ni tengo ese novio... Mi segundo teléfono fue un Nokia, me lo regaló mi segunda compañía telefónica. Fue mis oídos y mi boca durante una eternidad o lo que ahora entendemos por eternidad, unos cuatro años"

Les voy a decir una cosa...

Los avances han apretado la tecla de avance y los humanos catarrinos vamos a horcajadas del tiempo tecnológico que es más rapido que el nuestro, porque no lleva cargas ni prejuicios ni está en el paro ni tiene miedo.

La tablet, la internet, el payogoogle o la relaciones online han alumbrado revoluciones, han conectado afectos, han mejorado sin duda nuestra vida. Y sin duda también han acelerado el tiempo, la impaciencia y la neurosis. 

Por eso si te dejas en casa el móvil... que es tu alter ego tecnológico, coges un taxi y corres a rescatarlo. Si te lo roban... lloras porque te han dejado a oscuras. Es lo último que ves antes de acostarte y lo primero al levantarte. ¡A la mierda el beso de tornillo con tu pareja nocturno y matutino! (y no te engoriles sin haberlo mirado antes... PECADO MORTAL DE NECESIDAD) 

Si te lo pilla tu marido/a, estás perdida/o (llamadas, mensajes, whatsapps, correos, facebook, twitter, instragram, tumblr, viber… toda una arquitectura delatora de intimidades con nombres epilepticos). 

De repente no es de mala educación estar absorto en una pantalla mientras habla tu jefe en una reunión de trabajo ni contestar a tu prima mientras tu madre te dice que tiene cáncer. Ahora hablas poco con palabras y mucho con los dedos. Y de pronto es normal que alguien llame a la guardia civil si estás un día sin cobertura... 

CAPITULO 1 "¡me tenías preocupado/a!"
En esta nueva lógica del tiempo, piensas que a tu hermano le ha pasado algo si le mandas un mensaje por la mañana y hasta la noche no contesta . 

CAPITULO 2 "¿por qué no contesta?" 
Ahora las preocupaciones llegan antes y los afectos son más instantáneos, y miras más al móvil porque hace un siglo o dos horas que no te llama nadie, porque no hay ding, ni ring ni bip ni mucho menos ring ring... dE 

AHÍ QUE PASEMOS AL: CAPITULO 3  "¿se habrá estropeado?"
Tenemos más prisa y nuestra poca paciencia se agota antes. Lo queremos aquí y ahora. Ya. El amor eterno es a un mes vista. Y así seguimos los seres humanos, galopando el tiempo de las máquinas, acelerando los minutos vitales, llamando antes de tiempo a la frustración y la soledad... 

Y no hay peor soledad que la compartida y conectada con un mundo ancho y ajeno.

Es el coste de avanzar, querer mejorar es honroso. Lástima que, como dice la canción, busquemos la luz como polillas para acabar dando vueltas a una bombilla.

Ayer mientras llevaba a un usuario en mi taxi, escuchamos un anuncio en la radio que indicaba que Vodafone te daba un servicio de oficina virtual SIN ser empresa. Que podrias recibir mails y llamadas decia: "Incluso cuando estes en el banco..."

Hubo un silencio por nuestra parte, tuvimos una simbiosis de pensamiento que en 3 segundos se transformó en risa. Yo pensaba:

- "Y ¿por que el publicista ha dicho lo de recibir correos y contestarlos AUNQUE ESTÉS en el banco...? ¡Que tontería...!"

Y mi cliente mirandome por el retro me dijo:

- "A ver... entendería la importancia del sercicio si hubiera dicho: AUNQUE ESTÉS CAGANDO... pero ¿lo del banco...?

En fin... voy a ver como está mi vida social virtual interactiva, no vaya a ser que en este rato que escribo el post haya pasado algo interesante...

miércoles, 21 de marzo de 2012

Tan Joven y Tan Viejo

Les voy a decir una cosa...

No me siento mal.

Sigo siendo el mismo, con mis dolores de cabeza matutinos, mis dolores de espalda y piernas diarios, mi dolor de alma permanente y mi cansancio. No me siento especial, ni vitalista, ultimamente no lo soy, al contrario, estoy muy harto de todo y de todos.

Dicen que con la edad uno va adquiriendo experiencia, en mi caso la experiencia es de supervivencia. Sobrevivir sin dolor, sin temor ni remordimientos. Con sospechas y desilusiones. Con amor y agonía.

Dicen que con la edad uno se vuelve inapetente. De momento no es mi caso, al contrario, deseo más los excesos: Vitales... no se cuanto tiempo de vida me queda. Sexuales... no se cuanto tiempo le queda a mi urologo en recetarme el viagra. Embriagamientos y culinarios... aunque sea abstemio por motivos laborales.

Dicen que con la edad a medida que pasa el tiempo sientes nostalgía de tiempo perdido. En mi caso les diré que lo poco que he vivido lo he echo con conscienca, ¿que desearía haber echo mas...?  ¡Of course! pero conociendome, si no hubiera vivído lo mío... querría lo tuyo. Seguro.

Recuerdo con cierta sonrisa bobalicona mi infancia y pubertad. Era libre, me sentía libre, siempre ha sido así. Crecí y mantuve el mismo fuego en mí, pero olvidé que la botella de gas hay que cambiarla, y el camión del butanero ya pasó. Y aquí sigo, en la ventana esperando que vuelva y me dé una llena. 

No tengo muchas esperanzas de que lo haga pronto. Vivo en un 4º sin ascensor... y es como que no apetece.

Dicen que con la edad te vuelves mas maduro. He de confesarles que, maduro no se, pero me veo mas extraño. Mas uraño de caracter, y mira que me esfuerzo por aparentar jovialidad... jovialidad, que tontería. No es una cuestión de esfuerzo, es que simplemente, no me da la gana. Es lo que tiene hacerse maduro, que no te importa lo que opine el personal.




Hace 40 años que me dieron una palmada, chillé de dolor e incomprensión. Han pasado 40 años y sigo chillando e incomprendiendo dia a dia hasta que me llegue el final.

Por favor doctor deje de pegarme.





miércoles, 14 de marzo de 2012

Astemia Primaveral



- "¿Esta usted bien...?" - me dijo ella y de repente vino en mí que había perdido la noción del tiempo en aquel semáforo.

- "Si... perdone, me he despistado, estaba en otro lado..." - dije.

- "Ya veo... (sonríe) yo diría que en otra galaxia... ¿se encuentra bien?"

Y hete aquí el dilema. Mujer de mediana edad, preguntando a un desconocido como yo si me ocurre algo, esto puede derivar en 2 motivos: o es licenciada psicología... o quiere hablar.

Yo la verdad es que tanto en una opción o en otra, tengo la misma disposición, no me encuentro con ganas de contarle a una desconocida que me pasa... si es que me pasa algo.

- "Sinceramente... (pausa valorativa) no. No me encuentro bien, pero no se preocupe... se me pasará. En algún momento del día pasará algo, una canción, una sonrisa de algún niño o una mirada limpia que me animara... esta es mi vida por el momento. Pero no puede ayudarme, no hay cura para mí, porque no hay diagnostico porque no hay enfermedad. Simplemente había dejado mi mente en blanco porque me gusta la inactividad cerebral, ¿sabe?"

- "Mire, en mis años de ayudar a personas, soy psicóloga, he visto toda clase de efectos de la astemía primaveral en personas en las cuales son tendentes a caer en ella. Se debe a la falta de una enzima que se disgrega..."

Y bla-bla-bla... y yo mirándola por el retro y asintiendo como si de verdad me interesase lo que me dijese.

No niego que posiblemente el clima unido a una falta de motividad, sentimientos de frustacion personal y sentimientos de culpa por encontrandome haciendo lo que en el fondo no me hubiera imaginado hacer nunca, hagan que haya días como este en los que me canso de pensar... "¿por que a mí?".

Ella se esfuerza durante el trayecto en descubrir cual es la causa, el trasfondo de mi apatía, ella lo llama estado temporal apático.

Yo, que no tengo estudios, lo llamo: estoyhastaloshuevosde-tóydetós, hasta de mí mismo.No sé como Freud lo denominaría.

- "Mire, no siga... Estoy bien, es solo que mi vida no me gusta, a casi nadie le gusta, sin querer hago daño a lo que mas quiero, es un rasgo de ser un humanoide que se dio un día con el pico de una plancha (chistecito para ser condescendiente, ella no sonrió, se limitaba a escuchar atentamente como si estuviéramos en su consulta) y además, no se ofenda... no creo en la psicología moderna, no creo que usted que no me conoce de nada, por un precio módico vaya a solucionar una herida en el alma. Lo siento pero lo veo así... no pierda el tiempo. Hoy mañana o algun día se me pasará y me encontraré mejor... gracias por su interés. Simplemente estaba relajando mi espíritu..."

Ella ni pestañeó. Simplemente me dijo:

-"Negación a afrontar su problema... típico en los hombres que les cuesta reconocer que verdaderamente tienen un problema..."

- "La vida, en sí ya es un problema... ¿no cree?. Jugamos en ella al Sí o No... al 50% de la victoria, al que si haces algo afectará positivamente a algunos y negativamente a otros... ¿no?. Pues yo estoy en mi fase REM de "he jugado unas cartas, he apostado con un farol y he perdido la partida y estoy pagando el precio...". Solo que mi dolor de alma es por que mi apuesta no solo me ha echo perder a mí... a perjudicado a terceros, con lo que es doloroso solo pensar en ello... ¿que dice su medicina farandulera sobre mi mala opción...? ¿que me receta...?"

La mujer cambió su mirada, dudaba en si seguir hablándome o no. Durante unos interminables segundos hubo un silencio, solo se oía la música de fondo. La sonreí y la dije que habíamos llegado al destino. Me pagó y se fue.

Les voy a decir una cosa...

Agradecí durante ese día el esfuerzo de esa mujer por ayudarme, o lo que fuera la intención que tenía. Pero sé que en el fondo aconsejar sobre la vida de otro es fácil. Vivir la propia es lo difícil, y mas si esta cargada de problemas y decepciones.

Mi decepción conmigo es mía, nació hace mucho, se aletargó y desde hace unos años volvió a despertar. Ahora me atormenta constantemente, y lo malo es que con la edad, se va haciendo mas claro y evidente. Durante mucho tiempo viajara conmigo en el asiento de al lado de mi taxi.

Hasta que pueda hacer que se quede dormida otra vez, lo malo es que no se cuando lo lograré.