sábado, 17 de septiembre de 2011

Beth

Cuando medito en ella, me lleno de paz y ternura.

Beth tiene el poder con su mirada y su voz, de llevarnos a la calma y el sosiego. Ella no se da cuenta, pero llena de emoción y amor los huecos de nuestra amarga andadura por la dura y complicada existencia en la vida de los comunes mortales.

Con su elixir de vitalidad nos anima y nos completa, y eso hace que sintamos ganas de seguir. Pero su sobre exposicion a ser el SAMUR de todos, le pasa factura. Beth, a veces, se debilita, necesita reposo y consuelo.

Su vida, como la de muchos, no es facil. Sus orígenes, en ocasiones, han mellado su preciosa sonrisa, sonrisa que me gusta, como salir de la ducha con la espalda mojada o acariciarme el cuello lentamente.

Beth se da a los que nos llamamos los suyos sin pedir nada a cambio, bueno si, solo pide en silencio una cosa: recobrar el cariño que regala. No por un deseo egoista, no, es el pacto de la empatia y el cariño.

Desde hace algun tiempo Beth no se encuentra bien. Ha dado y da demasiado, lo hace día a día, al los de aqui y a los de allá. Necesita un descanso de todo o un apoyo. No se puede estar empujando o abriendo puertas siempre, ¿verdad?. Apoyate en nosotros, descansa en nuestro regazo.

Beth, no estas sola aunque a veces lo sientas. Somos legión los que te queremos, princesa Beth. Somos granos de arena los que te necesitamos, necesitamos tu mirada, tu sonrisa, tus gestos, tu voz. Aquí estamos y estaremos, no esperaremos a oir tu llamada de auxilio, no. Simplemente dejaremos que el viento sople nuestra fragata para poder llevarte a donde necesites.

Y si no hay viento, remaremos... y si las fuerzas nos fallan buscaremos las corrientes que nos lleven a las aguas tranquilas.


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