viernes, 23 de noviembre de 2012

¡Óle Páááápa!






- "¡Óle Pápa...!" 

Así se despidió el ultimo de los 3 chavales japoneses que llevé al Westing Palace mientras que yo, aturdido e impresionado, le sonreía.

Les cuento. 

Estaba esperando a ser alquilado a eso de las 14:00 como de costumbre en la Plaza del embarcadero de la estación de Atocha. En lo que la larga espera se hacia inquietante pues lo que uno quiere no siempre es lo que al final hace. Oséa, que me hubiera venido genial un trayecto al aeropuerto, me hubiera dado igual que fuera un ejecutivo agresivo, una inmigrante q regresa a su país, o una vieja.

Cuando menos me lo espero salen ellos... tres Nakasones del mismíto Tokio. Vestidos de ropas de marca, sin afeitar, con ese olor a metal que tiene la gente que acaba de viajar en avión varias horas. Al entenderlo sentí que mi carrera no iba a superar los 9€ (suplemento de estación incluido).

Los tres Nakasones estaban alucinados con la estación de atocha, lo que no sé es si porque la veían como una reliquia en el siglo XXI o porque los españoles nos parecemos todos (según ellos).

Al ir subiendo los maletones que llevaban, como pesaban un quintal utilicé una expresión de júbilo al sentir que el trayecto iba a ser tan poco positivo, egoistamente hablando. Vamos que iba a ser una mierder de ruta después de media hora esperando a ser alquilado. Y mientras que dejaba aparatosamente los maletones en el maletero se me escapaba la expresión calé: 

- "¡Óle Pápa...!"

Para cuándo cargué la ultima me sentí obserbado por los Nakasones. Que me miraban intrigados como si nunca hubieran oído hablar a nadie. Como en esas películas de extraterrestres donde el bicho flipa con los sonidos de la chica cuando esta le habla.

De camino, uno de ellos me dice en un abrupto ingles con acento de sol Naciente:

-"Ess quiússmi... ¿guassa mínin...? ¿Óle PÁpa?..." (que qué significa ole papa)

- "Is an expresion of jere... is a yipsi languich... is miin: VERY GOOD!..." (le digo mostrando mi pulgar hacia arriba y diciendole que es una expresion gitana)

De repente, como poseidos por un espíritu de complaciencia empiezan a mirarse entre ellos y sonriendo y haciendo el mismo gesto con el pulgar se ponen a repetir una y otra vez como autómatas:

- "¡Óle Pápa...! ¡Óle Pápa...! ¡Óle Pápa...! ¡Óle Pápa...!" 

Yo estaba estupefaciente. Y felices íbamos los 4. Yo, porque los Nakasones me estaban sacando del tedio del día y ellos que estaban encantados de aprender algo del idioma español... o similar. Otro de ellos me inquirió de una manera sutil como decir algo bonito a una mujer en España. Y aquí he de confesarles que me vine arriba. Le dije:

- "Se dice: ¡Miia la paaaaya que se me encaaaana...!"

Y ellos, como los muñecos verdes del espacio de Toy History, empiezan a repetirlo con un tono agitanado torpe mientras que de la risa paso a la vergüenza ajena.


Les voy a decir una cosa...

No me siento orgulloso de lo que hice. Pero he de confesarles que me lo pasé en grande. Parecía todo sacado de un guión de Woody Allen, 3 Nakasones por madrid fiándose del primer español con el que se cruzan. En su país siglos y siglos de corrección, sinceridad y abiertos a las nuevas tecnologías y en cambio aquí, llevamos siglos y siglos riéndonos del forastero.

¡Así como queremos salir de la crisis!

He de confesarles que tuve que tomarme un relajante muscular después de dejarles del dolor de mandibula que me dió al recordarlo y partirme la caja de la risa....

Domo Arigato.



lunes, 19 de noviembre de 2012

Gastando El Futuro


Les voy a decir una cosa...

No solemos ser conscientes de que el tiempo pasa hasta que vamos al entierro de un amigo y vemos a los otros que todavía viven o, cuando nos hacemos el DNI porque después de mas de diez años el actual esta gagá.

El tiempo es esa sombra cruel que te persigue aunque el sol te de de cara y no ceja de existir mientras existas tu. Pasan los días y para cuando te quieres dar cuenta, te dices a ti mismo: 

-"¡Dios! cuarenta años ya... ¿quien me a robado el mes de abril...?" (ahora entiendo su canción Maestro)

Ves a la gente al rededor de ti pero las ves siempre igual, y no. Ellos a ti no, pero te lo ocultan. Miras la discoteca de la librería de casa y asustas de tus gustos musicales, te parecen estrambóticos o ridículos. Miras los títulos de las películas en las cintas de vhs que guardas, no se para que, y te parecen del pleistoceno. Y como te de por mirar alguna de unas vacaciones en Benidorm...

Me levanto cada mañana y gasto mi tiempo en llevar almas de medio pelo. Algunas me agradan otras las odio. Algunas por el juego del vil azar repiten o repito, no se, pero sigo borrando minutos a mi vida.

Muchas veces en lo alto del puente del embarque de la T2 abro las ventanas y escucho la vida de la ciudad palpitar, en silencio. Escucho pitidos, voces, quejidos, risas, llantos, jadeos, golpes... Ecos de una ciudad que recuerda que el tiempo no para. Lo hago también de noche cuando espero agazapado en el Paseo del Prado a que los ciudadanos quieran regresar a su casa en calesa después de gastar su tiempo en alguna cena o trago por Huertas.

Hoy he soñado con la gente que he perdido este año. Mientras me duchaba recordaba a Rafa y también la risa ronca tabaquera de Belén mientras la llevaba a químio. Me acordé hasta de Bernardo, el cual nunca conocí pero los compañeros no pararon de contar anécdotas de él con su taxi, antes de que se quitara la vida el mes pasado víctima de sus excesos y miserias.

He recordado lo que me dijo el sábado por la noche Franky mientras cenábamos en su taxi, precisamente en el puente de la T2, sobre como esta miseria nos va lentamente borrando la vida:

- "¿sabes Dan ...? - me dijo - este trabajo es muy cruel, te roba el tiempo y lo ahoga... y no lo recuperas jamas..."

Me miro al espejo y veo cansancio, arrugas, manchas en la piel, ojeras... eso es el paso del tiempo. 

Tiempo que no volverá.