lunes, 21 de abril de 2014

Escapar


 


Dices que la culpa es de otros, que tu ansiedad no te deja estar tranquila. Lexatín, Tranquimazín, Sincerebrín te relajan y hacen que seas relativamente "feliz". Pero ya no sirven, no te valen.
 
Te has abandonado a la deriva de las corrientes oscuras como el que va hacia el patíbulo, pero que en el ultimo tramo del recorrido mira a su alrededor buscando ayuda, rodeada de un alambre con corriente AC/DC que nos impide ayudarte. ¿Cómo lo hacemos? ¿Qué necesitas?
 
No dices que consumes drogas para estirar los días de tu mente, para apagar las noches en tu mente, eso suena muy mal; que el Fentanilo, que la codeina, que te mantienen despierta, atenta y sin embargo ajena a todo, dentro y fuera de todo, en modo mute aunque a veces el botón no funcione o se quede encasquillado. Porque en realidad es como estas, no estas.
 
Dices que quieres darlo todo y justo ahora, palabras textuales, tomarte unas vacaciones de ti misma. Viajar a ser posible en business si la pastilla es buena (perdón el medicamento), separar los pies del suelo y saber que no habrá cuerda capaz de contener tu ascenso al cielo de la nada; sentirte helio, intocable, inmortal, hasta que el cuerpo diga basta o ya no queden más escaleras de ascenso o cuerda suficiente. Un contacto directo con esa alma tuya que se esconde cuando no vas colocada. Jugar a ser un princesa en el reino de tus santos ovarios. Y cada vez vas a peor.
 
Se te nota en la cara una derrota que ya no quieres asumir ni frente al espejo. Porque los espejos es lo que tienen, les gusta escupir las verdades. Y tu mente fabrica escusas, escusas enfermizas, confabulaciones familiares, maritales, y dime ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo podemos ayudarte si la llave de la ayuda eres tu?.
 
Te voy a decir una cosa...
 
Te miro a través del espejo de mi taxi, miro tus ojos apagados, tu mandíbula de chicle y no puedo evitar decirte: a mí no me engañas. Sólo buscas evitar tu ruido... escapar. ¿Vivir? ¿Para qué?
 
 

 
 
 
 


martes, 15 de abril de 2014

El Parón Imaginario



La recogí después de sortear un sinfín de calles rutinarias por los bulevares de Madrid.
 
Era una muchacha de belleza suave, buen gusto al vestir, a veces ir de ZaraMangoHym llevado con gusto es un deleite a la vista, no se crean. Pero al subir y decirme el destino su voz sonaba con entonación modo pain, que diría Sekspir: Triste.
 
Su mirada cruzada con la mía denotaba un ahogo del cual a un torpe socorrista como yo no lograba poder entender que ocurría. Tecleó su celular de la manzana mordida y pulsó el llamar, espero unos segundos y empezó a suspirar:
 
- "Hola... bien, bien... muy nerviosa. ¿Cómo estas...? (silencio) ya... perdóname... (silencio) me gustaría que nos viéramos... (silencio) es importante... (silencio) ¿y mañana...? (silencio) vale... te llamaré y quedamos un día de estos... pero que si no quieres verme, lo entiendo... (silencio)"
 
Yo descuidando las leyes de trafico, estaba intentando ponerme en la piel de ella. Su cara de rasgos suaves iba tornándose en expresiones de dolor. Pero no un dolor fingido, como de niño que sabe que ha echo algo malo y en el fondo no se esta disculpando, era algo mas.
 
Después de un par de asentimientos y de mirar hacia la ventana, sorber mucosidad acuosa espontanea y secarse alguna lagrima dijo:
 
- "... tengo cáncer... me han encontrado células cancerígenas en la analítica..." ahora si hubo un silencio de verdad.
 
Hubo un parón general en la ciudad, mi carromato iba rodando por la calle Sagasta pero el tiempo parecía que se había detenido. Los viandantes pararon, los pájaros silenciaron su trino, había un perro con la pata trasera al viento y orinando a un olmo con un arco de orín impasible... todo se detuvo menos nosotros.
 
Después de unos segundos todo volvió a su ritmo. Ella simplemente colgó finalizando así la terrible noticia. Lo mas probable es que el que estaba al otro lado se quedara mudo como el mundo a nuestro alrededor, simplemente pudo decir con voz entrecortada un "lo siento" antes de finalizar.
 
Después de un segundo el teléfono empezó a cimbrear mientras que ella lo colgaba una y otra vez. Sorbía y se secaba con un Kleenex las lagrimas de dolor, miedo e incertidumbre. Se bajó de mi carromato y se fue.

Primero la seguí con la mirada como se perdía entre la muchedumbre hasta que un amable claxon y una referencia a una posible afición arrabalera de mi madre me despertó súbitamente.
 
Aceleré y el que se perdió fui yo.
 
Les voy a decir una cosa...
 
Reconocer la culpa de las cosas no es fácil. No estamos creados para eso. No reconocemos nuestros errores hasta que vemos que la enmienda es improbable o imposible. Somos así los humanos, sobretodo en España. Nuestro orgullo patrio hace que nuestras relaciones personales sean como una corrida de toros. Intensas y atractivas, con sufrimiento y pasión.
 
Y si encima le añadimos alguna psicopatía, enfermedad o tragedia variada, mejor. Pero la moraleja de esto es que todo lo que hacemos queda ahí. Si infringimos dolor, queda el dolor. Si añadimos cariño, queda el amor.
 
No es solo ciencia, como explicaba Chris Martin en The Sciencist. Busqué en mi mp3 y escuche su manera de disculparse en modo de canción.



miércoles, 2 de abril de 2014

Pantomima Real

Les voy a decir una cosa...

A veces lo políticamente correcto es aburrido. Ser servicial es infame y ser educado es una necedad. 

Por eso, a algún ser humano de la antiguedad decidió convertirse en un espectro parecido a un espejo humano. Si, como un otro yó, bueno en este caso sería otro ése. Y decidió que para comunicarse no hacía falta la voz ni las palabras, solo los gestos. 

Y supongo que de ahí nació la Pantomima.

 La Pantomima es un acto dramático que enfoca una historia por medio de la mímica. No intervienen diálogos ni palabras, ni voz para representar la historia o los personajes. Solo gestos, expresiones o movimientos corporales que hacen que los espectadores comprendan ellos mismos el argumento o los personajes.

Y estaba yo en una parada cerca de un hotel del centro de mi ciudad, al lado de un semáforo. Y me cuenta de que la concurrencia no cruzaba, estaban a cada lado mirando algo y riendo, mientras que algunos sí lo hacían. ¿de que se ríen? - pensé.

Había un mimo, imitando la manera de andar y circunstancias de alguna de las personas que cruzaban por el paso de peatones. Sus andares, sus gestos, sus pasos... Incluso si se paraban a mirar qué había detrás que a los de la acera les hacia tanta gracia el mimo lo hacia igual. Parecía su sombra, era muy bueno el actor. Normalmente el resultado del imitado era o risa, o indiferencia buscando el anonimato.

De repente cruzo una chica de unos treintaytantos hablando por el teléfono móvil. Estaba muy ausente en una conversación dolorosa, sufriendo. Venia de mi lado derecho y pensé que el mimo iría a por ella. 

¡Efectiviguonder!, él la vio y rápidamente se colocó detrás de ella y empezó a imitar con las risas de su publico su paso, su gesto al hablar, y su expresión de dolor con una terrible mueca en su cara pintada de blanco y labios y ojos negros.

Cuando ella se percató de que el respetable publico se reía de algo detrás de ella se volvió. Aguardó un segundo a que el mimo que, imitando su gesto vuelto, también volviera a mirarla. Y cuando éste lo hizo, llorando... le dio una sonora bofetada, y llorando se abrazó a él. Se hizo un silencio en el respetable, como cuando en una función el mago se da cuenta que algo va mal en su truco de partir en dos a la bella muchacha, luego en dos segundos de sincero abrazo y gesto de cariño del mimo. La mujer se fue corriendo.

El mimo miró al suelo como si viera que se le había caído algo, pero era varias cosas invisibles, no una. Las recogió cuidadosamente y comenzó una reconstrucción de su corazón roto y se lo ofreció pero ella ya había cruzado al otro lado y seguia su camino sin mirar atras. 

Y con gesto de tristeza se fue abriéndose paso entre el respetable que hacía un silencio espectral.

No me gustan los mimos. 

Te usan para argumentar su actuacion sin pensar si lo que ellos reflejan nos va a gustar o no. Y normalmente no se dan cuenta de que nos pasa lo mismo que los animales cuando se miran a un espejo, que no se reconocen y sale la ira o la verguenza.

Solo me gusta uno. El Gran Mimón, él no necesita argumento, ni nadie a quien imitar...


martes, 25 de marzo de 2014

Avanzar



La gente no avanza. El mundo no avanza. Yo no avanzo.

A veces pienso que estoy como ese hamster en la rueda vertical corriendo corriendo y sin poder dejar de hacerlo. Vivimos vidas interminables, bueno... si se le puede llamar a esto vivir.

Tenía el pelo cortado a lo garçón, muy francés. Su piel era blanca como y vestía de negro, con un pinchet en su brazo, negro también. Me pregunto si me molestaba que subiera con el perro, a mí la verdad es que mientras que no ladren me da igual. Hay niños que son peores que los perros en un tásis.

Me pidió que la llevara al barrio de simancas, con un acento medio inglish medio espanish medio ná.

Y sin venir a cuento me preguntó si estaba casado. Le dije que si. Y entonces empezó a contarme que ella era viuda desde hacia 3 años, que no lo supera, que se siente sola, que no busca a nadie porque como su marido no hay hombre igual, que era americano, militar, y que ella vivía desde hace tiempo aquí pero que eran de Colorado, EEUU.

16 minutos hablándome de las bondades del guiri que ya no estaba, y que con voz aterciopelada pero triste me decía que "se fue sin decirme adiós, llegamos de una BBQ con unos amigos, estaba en la cocina y él se dispuso a cambiarse para dormir... y se durmió para siempre... muerte natural, me dijeron..."

Se hizo un amargo silencio. Ella simplemente se quedó mirando a la ventana y de sus gafas de sol oscuras caía una lágrima, casi invisible que recorrió su mejilla hasta el cuello sin que ella no hiciera nada para borrar la estela lacrimal en su piel blanca. Llegamos, y me dejó, otra vez solo. Pensando en ella y su pena. Y no hubo mas conversación...

Resonaban en mi mente sus palabras como si en los huecos de mi cerebro rebotaran de lado a lado "yo no avanzo, no quiero avanzar..."


Les voy a decir una cosa...

Las personas ante lo trágico reaccionamos de 2 maneras. Hacia delante o hacia atrás. Pero siempre con la misma excusa. Da igual lo que sea, la muerte, la angustia, la soledad...

No vale autoengañarnos para hacer ver que sí, para eso esta la teletienda o Sandro Rey o una caja de bollos rellenos de nata. Yo opino que aun siendo muy duro lo que nos haya pasado, uno tiene que seguir, pero acepto también la derrota del que no quiera hacerlo.







jueves, 20 de marzo de 2014

El Dorado



Llevaba varios minutos, por no decir una hora, aburrido y distante.

Fíjense que la usuaria última que transporté me tuvo qué decir un par de veces que parará en un sitio concreto porque estaba yo en mi masturbación mental. Y aún así, tampoco me dejo propina... En fin, que se le va a hacer.

Bajando por la vía lateral de Castellana, me da el alto una mujer de unos 50 años con una abuelita aferrada a su brazo y con un bastón tembleante en la otra mano. Vestía un pantalón claro y una chaquetilla de perlé dorado, con melena al viento blanca, blanca al estilo sota de bastos. 

Pare y la joven me dijo abriendo la puerta que la otra mujer, la abuela, iba a Narváez con Menorca. Y ayudo a la señora mayor a sentarse, estaba fatigada con respiración jadeante, pero me miro con una sonrisa y me dijo a boca jarro:

- "No tenga usted prisa, joven que es que estoy algo oxidada y me cuesta subir a los autos..."

Yo con una sonrisa de sorpresa le conteste que no se preocupara. Me indicó el trayecto a su casa y empezó a decirme lo buen mozo que era y lo paciente que había sido con ella - " no se crea que los taxistas son tan gentiles con vegestorios como yo..., ¿qué edad piensa usted que tengo...?"

Aquí, entro siempre en un momento peligroso, me estaba jugando la propina. Cuando una mujer, de la edad que sea, te pregunta algo tan subjetivo como "¿te gusta mi peinado... Cuantos años me echas... Te gusta el pescado medio crudo que he asado con un camping gas y sabe a arena de cieno porque es la primera vez en mi vida que cocino...?". Amigo, estas muerto como falles.

- "¡sorpréndame porque la veo echa una mocita!" - dije mirando su sonrisa.

-"¡noventa y siete años! Ni más ni menos... ¿Eh...? ¿Qué le parece, joven?"

La verdad es que la mujer aparentaba algo menos. A ver, entiéndanme, que no era Sara Montiel. Era una mujer normal del barrio de Salamanca que no habría dado palo al agua, me dijo que nunca tuvo hijos y que enviudo hace 39 años... O sea, que con 58 ya poco tralarí tralarí, suponiendo que su Amancio no fuera 17 años mayor que ella. Que lo fue. Vamos que con 45 en la plenitud de su vida, terminaron sus ejercicios nocturnos de pasión con la luz apagada y el Cristo de la pared guardado dentro del cajón.

- "pues que seguro que habrá viajado por el mundo y encontró El Dorado y la fuente de la eterna juventud... ¿Eh...? Y le dio un sorbito" - le dije con tono de guasón buscando su sonrisa, tuve que repetirlo porque la señora se encontraba bien de salud, pero eso si. Sorda como una tapia.

Entonces sin parar a dejarme meter baza durante el trayecto entre nuevos ministerios y odonell me relató su vida en verso y prosa. 

Que era la menor de 4 hembras de una familia bien de Madrid, que iba para monja, pero que conoció a su Amancio al salir un día de las clases para mujercitas que daba la hermana Sor Matea. Que se casó con su Amancio y que la respetó mucho. Porque "fueron un matrimonio como debe ser", con mucho respeto, no como lo que hay ahora, que no hay respeto, ni matrimonio, ni parejas, - "están como los monos..." - no quise ni preguntar a que se refería, porque el ejemplo se atenía a varias vertientes, más bien cómicas, pense.

Me dijo que, ella se encontraba muy bien de todo, de piel, de aspecto (claro a esas edades no se tiene abuelas, yatusabe), de cuerpo...

 - "no tengo ni varices, mire... Y fíjese si el cuerpo es sabio, que hasta se me ha quedado un pecho de una niña de 15..."

Por un momento pensé que se me iba a medio desnudar, pero gracias al Señor no.

Llegamos al destino y la muchacha se despidió de mi deseándome toda suerte de parabienes. Pero ocurrió algo que no me esperaba, me dijo:

- "..cambie de camiseta, un hombre como Diosssmanda no puede ir de rosa..." 

Me sonrió y se fue poco a poco, como en Star Wars se iba Yoda con su bastón y sus andares de sapoviejunosideral.


Les voy a decir una cosa...

Hoy soy 15.600 días más viejo, contando el tiempo de gestación, pero al lado del espíritu juvenil de esta anciana, era yo el viejo.

Me resigne a iniciar mi camino a la nada de mi ciudad y pinche en mp3 el "Huele a espíritu juvenil"  de Nirvana y pise el acelerador a fondo.




miércoles, 19 de marzo de 2014

Hotel Aitana

Estaba ahí como vieja del visillo viéndola llorar y hablar por el móvil y no podía decir nada.

Estaba en la parada de un hotel leyendo tranquilamente cuando apareció ella con conversacion triste y gesto ídem, a la justa distancia en la que no se distinguen ni las palabras ni las intenciones.

Solo los llantos ahogados por el pudor de intentar hacer que nadie en esta gran urbe se diera cuenta de su tragedia. ¡vaya chiste, como si los viandantes anónimos fueran a dar auxilio emocional a alguien en su situación!

Me sentía mal de ver como intentaba explicar a alguien que ya no podía mas, que el mundo se le desmoronaba delante de ella y que no quería seguir así. Lo cierto es que no pude saber a que se refería. Solo podía obserbar impasible como ella se desahogaba con su confidente y yo allí.

¿Necesitaría un abrazo? ¿un gesto de empatía? ¿un divorcio, un psiquiatra, un crédito? no se... me daba pena.

Terminó la conversacion telefónica y encendió un cigarro pensativa. Como en otro mundo. Como si por unos instantes meditara si la única solución a su desden fuera la evasión y la huida.

Me miró y se me acercó. Dudó por un momento el dirigirse a mí porque noté que se había dado cuenta que había sido complice de su tensión y emocional conversación.

En instantes me armé mentalmente de argumentos y estrategias para poder ser un apoyo para ella si me lo pidiera, comprenderla y animarla. "La vida la hacemos complicada, solo hay que descomplicarla..." y cosas así por el estilo.

Se acercó, y mirándome con ojos tristes y derrotados me dijo:


- "Ahora saldrán unos clientes chinos que quieren ir al aeropuerto, pero antes les llevas a la embajada y les esperas..."

- "De acuerdo" - le dije. Y cuando se iba a volver a meter al hotel me salió de dentro decirla: "¡Animo... ya veras como todo se resuelve...!

Ella paró sin dar la vuelta para mirarme, dejo caer el cigarro y lo pisó estilo la rubia de Grease, y entro al apartarse las puertas de cristal del hotel, se puso en el mostrador a hablar con su compañero y se metió en una sala. Y no volví a verla. De repente salieron el matrimonio Lollito Primavelal y me fui.


Les voy a decir una cosa...

Necesitamos muchas veces mas apoyo emocional de lo que nos pensamos. No somos tan fuertes como creemos, y el orgullo hace que nos pensemos invatibles y queremos pedir ayuda, solo que no sabemos como hacerlo.



martes, 18 de marzo de 2014

¡Aleeeé Hóp!



Les voy a decir una cosa...

Desde hace mucho tiempo pienso que estamos vigilados por los extraterrestres. Si.

Los aliens se pueden materializar en cualquier forma de vida, ¿no?. Ya nos lo quisieron decir en las películas MEN IN BLACK.

Pues bien, yo he descubierto ya como y cuantos hay por mi ciudad. Están por todas partes, en cualquier calle principal, su indumentaria es estrambótica, sus gestos, su manera de peinarse, su mirada sin parpadear, su sonrisa constante... ¡YA ESTÁN AQUIIIIII...!

Me voy a tirar al barro. Los invasores de Raticulí son los saltinbankis callejeros... ¡eá! ya lo he dicho.


Mi teoría se basa en que desde hace mas de 4 años que llevo mi carromato por las calles, veo a los mismo personajillos día a día. En verano o a -3º en un frío día gris de enero. y siempre cumpliendo su misión. Recaudar para el combustible de las tres millones de naves que vendrán comandadas por Antercherán el comandante en jefe, y nos invadirán.

Y si no, que alguien me explique como es posible que unos muchachos y una muchachas jovenes, algunos con estudios, estén echando una pechá de horas al día para recaudar lo que recaudan. Que por cierto, recaudan mas que yo en todo el día.

Echando un calculo incorrecto: si un semáforo en rojo dura una media de 3 minutos y en verde otros 3, cada hora actúan 10 veces. y están desde las 9:00 hasta las 22:00 (una hora + en verano), parando al medio día, son aliens no tontos... se lo permite su convenio laboral Raticuliano. Estoy hablando de 11 horas de trabajo, estoy hablando que al menos recauden una media de 1,00€ por semáforo, que les digo que si los aliens son hembras recaudan mas (su publico es mayoritario hombre... y el macho iberico es el macho iberico), se ponen en la media de lo que saca un taxista tirando por lo bajo también.

Y ahora multipliquen por los 20 días laborables... ¡Un pastón libre de impuestos!

Y todo eso lo llevan a las centrales de recaudación que no son los locutorios son los puestos de expedición de una especie de hierba que ellos fuman, que ellos saben cuales son, y lo envían por Hummus, una transferencia espacial rara de Raticulí. Por eso entre actuación y actuación fuman de eso... porque lo que recaudan lo envían directamente.

Y lo hacen en nuestra cara y no nos damos cuenta.

¿Piensan que estoy loco? ¿Que me lo estoy inventando? ¿Creen que estoy loco, verdad...?

Ellos saben que lo sé. Por eso me miran mal y a mí no me piden...





lunes, 17 de marzo de 2014

Divine



Les voy  decir una cosa...

Pasan cosas raras en esta ciudad, maldita ciudad. Pero el surrealismo nocturno supera la monotonía diurna, nunca viceversa. Pero también el surrealismo es cruel, porque escupe verdades aunque no se las quiera ver.

Despues de dejar a un pasajero, ausente con su celular de la manzanita mordida en la c/Almirante, la emisora me indica que tengo que recoger un poco mas allá en c/ Augusto Figueroa, (vamos, lo que viene a ser ChuecaTown), a "Divine".

Y acepté el servicio.

Divine, era una Marilyn como de 1,89 de altura subida peligrosamente en unas alzas como de 12cm mas. Espectacular, bella, rubia platino como se teñía Norma Jean, blanca muy blanca, de hombros anchos y pechos grandes con un escote que llegaba a la media luna.

Divine iba vestida a lo fiftties, con un vestido blanco de lunarcillos negros, con fleco de tul negro y minifaldero, medias de rejilla muy de fulanilla y unas piernas largas y estilizadas que enfundaban unos zapatos de tacón de aguja imposibles.

Me pidió con voz aterciopelada, mezcla de mujer afónica y tralará que se esfuerza para que su ronca voz no mate la mujer que lleva dentro. Me pidió, como dije, que la acercara a "la Joy... si eres tan amable...". Me puse en marcha, dejando en el maltero un trooli rojo donde supongo que llevaría sus enseres para hacer su actuación, o lo que sea que hiciera
a esas horas.

- "¿que perfume llevas...?" - le dije para romper el hielo de mi estufectación.

- "¿Te gusta...? es falsa falsa como yo... (y se rió) me lo regalo una maricona petarda que lo robó en una de esas tiendas de olores falsos..."

- "Que va, huele bien..." - y se hizo un silencio, pues le estaban llegando wasapes y ella intentaba escribir pero las uñazas de porcelana (falsa, supongo) la impedían realizar las respuestas.

- "¡Que harta me tiene la p***a tecnología!" - exclamó y después de haberse dado cuenta, se disculpó. "¿tienes que trabajar toda la noche? - me preguntó.

- " Hoy sí. Hay que aprovechar..."

Y ella me contó que la pasaba igual, pero que estaba harta de los fines de semana. Que era de pueblo, pero que aunque no se la notaba en el habla, lo era. Y que echaba de menos su vida anterior. Que era ésto o de scort en un piso privado, y que ya llevaba un par de años que no lo necesitaba hacer.

Después de un rato de agradable conversión, la dejé en la c/ Arenal. Me pagó, me dio las gracias por tratarla como un ser normal, y me pidió que la ayudara con la maletilla porque "a veces la gente me tira del pelo para ver si llevo peluca o me azota el culo... como si fuera una jamelga". Y accedí hasta que le dí la maleta a un ucranian de 2 mts, con traje y cara de temetounaossscomotepases.

Seguí mi camino en la noche. No soy de comprender mucho a los freaks de la ciudad como Divine, entiendo que si uno quiere vvir ese tipo de vida, ha de entender que tiene sus cosas feas. Pero que al final la razón te ayuda a ver que que eso no es vida. por mucha coca que te metas o por mucho glamour que obtengas. Si es que obtienes algo.

Me acordé de Candy Darling, la amiga transexual que tuvieron los Velvet Underground musa de Warhol (y que Tamara Seisdedos se da un aire).

Me acordé de la canción que la hicieron unos meses antes de morir de leucemia. Con una letra tan triste como la triste existencia de personas que tienen tan distorsionada su visión de su físico o su way of life. Una letra inspirada en las conversaciones que tenía con Lou mientras que sospechaba que su fin llegaba y en su carta de despedida:

"Cuando lean esto, ya me habré marchado. Desgraciadamente, antes de mi muerte no me quedaban deseos de vivir. Incluso con el apoyo de todos mis amigos y de mi prometedora carrera, me siento demasiado vacía como para continuar con esta existencia irreal. Estoy tan aburrida de todo... 

Podría decirse que estoy mortalmente aburrida. Puede sonar ridículo, pero es verdad…ojalá nos volvamos a encontrar todos de nuevo. Adiós por ahora”.










Candy dice:  
he llegado a odiar mi cuerpo y todo lo que necesita en este mundo 
 
Candy dice:  
me gustaria saber de verdad todo aquello de lo que el alma habla discretamente
Voy a observar los pájaros azules volar sobre mi hombro...
Voy a mirarlos pasarme 
quizás cuando sea más vieja... 
¿Qué crees que vería si pudiera salir fuera de mí? 


Candy dice:
 odio los sitios tranquilos que causan el más pequeño sabor de lo que será 

Candy dice:
odio las grandes decisiones que causan revisiones interminables en mi mente
Voy a observar los pájaros azules volar sobre mi hombro...
Voy a mirarlos pasarme...
quizás cuando sea más vieja...
¿Qué crees que vería si pudiera salir fuera de mí?



viernes, 14 de marzo de 2014

Desletargo (Parte I)



Despierto y me cuesta fijar mis ojos en algún punto fijo para saber donde me encuentro. Silencio mental, aire fresco, ruido de trafico... estoy aturdido.

En mi mente resuena los - ¡Óle pápaa! - de los japos que deje.. ¿ayer? o ¿fue anteayer?.

No se. 

No estoy en casa, estoy dentro de mi cápsula espacial, al ralentín esperando algo. Y no sé que es. Me encuentro en la zona norte de mi ciudad, detrás de unos veintitantos taxis esperando ser alquilado.

El día esta gris, no sé si hace frío o calor nunca lo he sabido, la verdad, depende con quien esté siempre es trágico o cómico. 

Y nunca se para quien es una cosa u otra. Porque mis pezons al erizarse no se notan mucho, pero si me acompaña un ser femenín... ¡ay amigo! la cosa cambia. Y desde my point of view cambia para bien, desde el point of view de huommo erectusss, no desde el punto de vista de las femenins... claro. Ellas, si se dan cuenta de que sus pezons estan señalando la direccion de Pinto Town o Valdemoro Town, las averguenza de que su erizamiento sea natural y bello a la vez, morboso y/o sexual para nosotros. Es lo que tiene ser huommo... y lo que sigue.

Miro mi móvil, y de repente me doy cuenta que estamos a 2014. ¡Imposible!

- ¡Pero si estaba a finales de 2012...! - me digo. 

Y una abuelilla que pasaba por la acera de esa calle de la zona norte de mi ciudad, con una rebekita de lana verde-chorra puesta en sus hombros, no muy a juego con su indumentaria deportiva estilo Munich 72 langui, me mira y pone cara de pena de pensar que estoy empanado. Y prosigue su caminata matutina que culminará en la churrería de su barrio porque esta claro: después de una buena caminata... unos churritos y chocolate calentito es salud.

Suena un pitido, y un "compañero" de la fila donde estoy me indica cordialmente (aquí estoy usando irónicamente la palabra cordial) que avance. Que estoy empanado... 

¡Otra vez la palabrita!.

Le pregunto: ¿perdona... hoy es 13 de marzo de 2014?

Y un sorprendido me dice: ¿Perdona...? ¿te ha dado un amarillo? Anda... ¡cambia de camello y mueve! - la verdad es que su tono no me ha gustado nada, porque se va haciendo burlas.

Miro al retro y me veo un poco peor, con cara de sueño, como recién despertado. Entonces me pregunto: 

¿donde he estado este tiempo?
¿que me ha pasado? 
¿me habrán abducido... seguirá mi chica conmigo...? 
¿Seguirá Andreíta con Belén...? ¿Que habrá pasado entre Iñaki y Cristina? o peor aun...

Me doy cuenta de que al menos el carromato es el mismo, eso me alivia y me asusta a la vez.

No se, me debe de tocar a mí, porque un conserje me hace aspavientos-espasmódicos-arridículos (que nivel de esdrujulamiento tengo ¡lavirrgen!) y un cordial pitído del de atrás así me lo indica. Acelero y voy...

- Buenos día... al Ave Puerta de Atosha... po favó... ¿sabusté si nos dará tiempo en llegá en dies minuto?

Pongo en marcha el taximetro y...




(to be continued...)