miércoles, 14 de septiembre de 2011

La Media Verdad

Le recogí una noche de lluvia, no hacía demasiado frio, o al menos yo no suelo tenerlo, me preguntó si estaba casado o tenia pareja.

-"Que directo..." - pensé y empezamos una conversación existencial sobre la relación de pareja, el como los secretos o las verdades a medias pueden gangrenar el amor.

Me consultó el caso de un amigo (eso decía, aunque yo sabía que era él), que guardaba un secreto universal y eso le estaba matando por dentro. Porque había encontrado el amor verdadero y no sabía si descubrirse o no por miedo a la reacion de su amada. Me pregunto que si estuviera en su piel, yo que haría.

- "Hombre la fidelidad y la lealtad a tu pareja es vital, que no le reserves ninguna información que pueda hacer que pierda la confianza en tí. Pero claro, la contra partida es aceptar esa opción de tu pareja..." digo yo..."

La respuesta, aunque era politicamente correcta, dejó a mi cliente en silencio el resto del trayecto. cuando me pagó antes de salir me dio las gracias y me dijo que le había ayudado a contestar a su amigo.

Entró en su portal, dejó el paraguas en el cubo que tiene preparado el portero para que no le mojen el marmol ocre del suelo, tiene tanto brillo que hasta las manchas de humedad del techo se reflejan como si se le hubiera caido leche a alguien.

Entró sigilosamente a su casa, ya era tarde y no quería despertar a su chica, llevaban solo 8 meses viviendo juntos en la casa de ella y todavía ella no entendía como Chispa (su Yorky) podía tenerle tanto miedo, evidentemente no se le acercó a saludarle, se quedó en su camita de la habitación.

Se sacó la camisa y la tiró a un costado. Se desabrochó el reloj, un molesto objeto que nunca se acostumbró a tener en la muñeca y el anillo de compromiso. Notó en ese instante, que no estaba dormida y que había ganado su atención y le dibujaba una sonrisa, y preferió subir la apuesta...

Se despegó las cejas de un tirón, las dejó en la mesita y luego se arrancó la peluca dejando expuesta su calvicie... Estaba completamente convencido de que tenía que decirle la verdad, y continuó desnudándose delante de ella.

Ella puso cara de no entender lo que estaba ocurriendo, pero estaba callada y no dejo caer su preciosa sonrisa. Como si en el fondo supiera que algo era superficial en él, pero su amor era mas fuerte de lo que pudiera ser normal, le amaba y decidió aguardar en calma.

Se quitó los zapatos, desabrochó el cinto y se bajó los pantalones como tantas veces lo había hecho en su presencia, pero esta vez la finalidad era otra.

- "No soy quien te dije que era...", le confesó apenado y ella se marchó asustada, segundos antes de que se bajara la cremallera de su espalda y se mostrara tan verde como era.


Les voy a decir una cosa...

Si el interior de la pareja le gustaba, debería haberle dado igual que fuera calvo y de color verde. Es más, conocer su verdadera identidad debería haber alimentado su curiosidad morbosa. 

Es alucionante saber de repente que te estás interrelacionando con un alien, y sabiendo de antemano que es pacífico y que ha vivdo tranquilamente un tiempo bajo su apariencia humana no debería provocar ningun shock.

Vamos, que hay mujeres que se asustan de cualquier cosa….


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