miércoles, 9 de marzo de 2011

El Tonto Útil


Les voy a decir una cosa...

Carlos Marx describió a un tipo de personas que al luchar por un ideal pueden llegar a transformarse en instrumentos de otros grupos políticos involuntariamente. Describió a estas personas como grandes colaboradoras que a su vez se imbuían involuntariamente con los intereses creados de terceros.

A este tipo de personas Carlos Marx los llamo “El Tonto Útil”.

Hoy en día también el término puede ser empleado para designar a personas que colaboran con cambios, reformas o revoluciones lideradas por otros o por personas que mantienen un sistema que no les beneficia.

¿Saben?, cuando alguien sabe que esta de más obtiene una sensación tan amarga y triste que no desea compartir con nadie. Porque es como si bebiera un vaso de batido de cacao sin remover. Solo obtiene líquido que ni sabe a cacao ni a leche.

Es una sensación triste. Se lo digo yo.

El tonto útil es una figura que ha dado mucho juego en el cine y el teatro.

En "La boda de mi mejor amigo" Julia Roberts es el tonto útil de la historia, aunque la película acabe como debe acabar, todo tiene su porque.

En “The quiz show”, John Turturro lo borda. Porque crea un personaje que se resiste a ser delegado a un segundo puesto y al final el solo se cava su propia tumba. Gran película.

En la guerra de Irak, “Ansar” fue el tonto útil de Bush. En la foto de las Azores se veía a Bush y Blair más felices con Durao Barroso que con "Ansar". Pero fue el el que recibió todos los palos en la famoso NO A LA GUERRA.

Por cierto, no vi en los Goyas de este año ningún eslogan en contra del gobierno depuesto de Túnez, gobierno que “el cejas” meses antes aclamo en una visita allí. En fin como este blog no es político, pasamos página.

Lo que quiero expresar, es que, los que nos hemos sentido "tontos útiles" también tenemos corazoncito, y el corazoncito también tiene sus límites.

Es como aquella mujer que sabe que su chico quiere dejarla pero no se atreve, ella aguanta y aguanta por amor. Pero todo tiene un límite. Y luego de nada sirve llorar o explicar que uno tenía razones de peso. “Se te acabo el tiempo chico”.

Yo puedo decirles, sin ningún rubor, que he estado personificando la imagen del "tonto útil" a lo largo de los últimos 5 años. Y he tenido esa sensación de vacío que sientes cuando no eres valorado, eres utilizado y hacen la pantomima de escucharte para al final decir un simple "no" a cualquier sugerencia que hagas... "Pero no te ofendas, que aquí valoramos mucho tu opinión, pero gana la mayoría…"

Gracias a Dios, forma parte del tormentoso pasado. Pasado en el que no podía (o no sabía) expresar mis sentimientos. Es lo que teníamos los empresarios de éxito... luchamos por salvar nuestro bote del naufragio con una cucharita sopera.

Y el tonto útil un día se dice simplemente: basta. Y pasa de ser “El Tonto Útil” a él “Don Nadie Egoísta”. El que solo mira por sus intereses... Perdón por no ser filantrópico, no fui educado para eso.

Al “Tonto Útil” le cuesta todavía quitarse ese sentimiento de culpa, ese síndrome de Estocolmo que hace que, en momentos puntuales, sufra por sus torturadores sicológicos. Al verlos también mal, claro, si los viera bien o sin problemas no te preocupes que no se acercan a ti ni para pedirte la hora.

Sentirse despreciado e ignorado durante tanto tiempo es una de las cosas que no se deseo ni al peor de mis enemigos... No se lo deseo ni a ellos. Pero sinceramente cuando el “Tonto Útil” se repone de sus estados lamentables le importa un huevo si están mal o bien.

Ya estoy en fase 4 de desintoxicación y desratización. Pero últimamente, a veces,  me invade por momentos una tristeza y un vacio intenso que me aplasta el pecho y solo tengo ganas de llorar.

Y a veces lo hago, pero de la forma que aprendí desde que era niño. Ahora he perfeccionado la técnica que si me invade la tristeza mis desagües oculares se abren y absorben con tal rapidez el lacrimal que nadie se da cuenta de mi malestar.

No me doy cuenta ni yo, solo cuando me miro y me lo escupe el espejo retrovisor.

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