jueves, 31 de marzo de 2011

El Amigo Invisible


Les voy a decir una cosa...

Hay veces que, observar por el espejo retrovisor no ayuda a calmar sensaciones que en el subconsciente asustan.

Y si la situación es que una abuelita con su nieto me hace ir de Tribunal a la Avd. Logroño.Y ya el transcurso del viaje era la situación era rara...

El niño no para de hablar tapándose con la mano la boca para que no le viera lo que decía, sentado en el centro del asiento de atrás y dejando el lado izquierdo vacío (a mi espalda) y no paraba el zagal de reír y taparse la boca una y otra vez como si estuviera hablando con otro niño...

La abuela en el recorrido se estaba quedando dormida, y el niño no paraba de hablar con su amigo invisible y no paraba de reírse de la mujer que estaba tan relajada que la mandíbula inferior se había quedado abierta y la daba un aire espectral. ¡Vaya foto!

En una de estas, el niño empieza a negar y enfadarse con su "colega transparente", y yendo a mayores su conversación grita:

- "¡Que no... Jóse que no...! ¡Llegaremos a casa e iremos a ver a Marcos!... ¿Como?... !Que noo!...
La abuela abre un párpado con desgana y después de mirar al niño (con desgana uan mor taím)  dice en tono amenazante:

-"Jóoooosseee no discutasss... Hazle caaaaaso..."

Y el niño al rato se pone a gimotear como si le acabaran de insultar:

-" ¡Aaabueelaaa! Mira lo que me ha diiichooooaaaa uuuaaaa...!" E inconmprensiblemente el niño empieza a llorar...

De repente la abuela mira a su izquierda y dice mas enfadada:

-"¡Jose! ¿Que te dije en casa?... ¿Que te dije en casa?... Que si no te portab... Nó, nó, nó... ¡Ahora no llores tu hoooombre!"
Madre mía... por un momento tenia a dos mocosos llorando... lo único era que yo solo oia a uno.

Y se hace un silencio. El niño... real, cual niño mimado, miraba a su abuela con orgullo y miraba con cara de pícaro a Jóse... Eeer, digo al hueco del sillón trasero.

En fin, llegamos al destino y la abuela me da 5,50€ más del total de la carrera y me dice:

- "Por favor, lleve a Jóse a su casa son 3 manzanas mas adelante en el numero 71"
Me quede estufepaciente y cuando entraron en el portal dije al aire:

- "Jóse,  ¿sabes que es lo que te digo?... Que te vas a ir andando pa tu casa..."

Y de repente, sentí una punzada en mis riñones. ¡Como si me hubieran dado un puntapié... !

Pegue un frenazo.

Me salí del auto... miré la parte de atrás... me miré los riñones y después de calmar mi "sustito", me autosugestioné de que habría sido un pinzamiento... "como estoy tantas horas sentado... calor, la postura..."  me dije a mí mismo, mismamente.

Como un valiente y responsable que siempre he sido y soy, tome una decisión: fui 3 manzanas mas adelante y le abrí la puerta y por supuesto me despedí de él con una reverencia y un taconazo.

Los amigos invisibles de mis clientes... son mis clientes invisibles también.

Ya te digo...

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