martes, 14 de junio de 2011

Superstición

Les voy a decir una cosa...

Me visto de amarillo siempre que puedo, pasando por debajo de una escalera y agarrando al gato negro, que se me pueda cruzar. Digo Candiman 5 veces frente al espejo y nada. Ni una grieta, ni un triste negrazo que me persiga con ojos de asesino.

Se sube a mi tasis un zagal de unos 25 años con un bulto sospechoso metido en una bolsa de una marca de ropa cool.

Su aspecto era de ratón de biblioteca, gafas de pasta estilo fifties, pantalones vaqueros con raya en medio... un inciso de gusto personal a todas las madres y/o esposas:

Los vaqueros al igual que los pantalones chinos, NO se les hace raya en medio. No. No. Raya MAAAAAL, kaka, a no ser que lleven pinzas, pero si es posible, no. Gracias.

Decía... pantalones vaqueros con raya en medio (MAAAL), polo a juego y zapatillas de tenis blancas.

El muchacho me pidió que le "acercara" a Pedriza, gustoso de llevarle, no por la compañía sino por el importe del trayecto, arranque y estuvimos los primeros 10 minutos en espectral silencio.

- "¿Va a alguna fiesta?" - dije para romper el hielo

-"Mas quisiera yo... Pero no... vamos a hacer... A ver como se lo explico... Un acto de limpieza de mal augurio..."


- "¡Aaaaay! Que me ha tocado un zumbado!" (pensé mientras asentía ojiplatico y estupefaciente complacido mirándole por el retrovisor)

-" y... cuenteme, ¿como vamos a hacerlo...? Bueno, ¿como va usted ha hacerlo, porque yo pasaba por aquí...?" dije guiñando el ojo, pero el muchacho frotándose la frente con gesto de preocupación me dijo:

-"Mire, no se ría de lo que le voy a contar... No se lo he contado a nadie... Un amigo me regalo una lechuza disecada, y desde aquel día en mi familia no paraban de haber fallecimientos enfermedades y desgracias de toda índole...

Menos mal que otro amigo cuando vio la lechuza sobre el televisor posada, me informó que tener animales disecados en una casa da mal fario, o sea muy mala suerte...

Así que regalé la lechuza aun vecino odioso y al poco tiempo falleció asesinado... Desde aquel día en mi familia las cosas han transcurrido normal, se terminó aquella serié de catástrofes, pero me siento incómodo, como si hubiera asesinado yo mismo aquel vecino odioso..."

La verdad es que no se si le puse cara de estupefacción ordinaria, o la cara de "¡no me digas!"

La que se les pone a los locos o a los niños retrasados cuando te cuentan que se rascan el culo y después lo huelen porque el culo de un niño huele a rosas...

Ya saben, esa cara de: "yaaaayaaa... hay que ver... claro, claro..."


De echo, el chico me preguntó que opinaba al respecto...

-"entonces, ¿que vamos a hacer en La Pedriza y que lleva en la bolsa?"

Pregunte como para cambiar de tema, porque si le digo en ese momento lo que pensaba... adiós carrera.

-"Es que pude entrar en la casa de mi vecino, como me siento culpable, y quiero enterrarla en medio del bosque..."

-"ah, claaaro. Es un detalle que no se me había ocurrido..."
Pensé.

Fuimos y llegamos, después del triste sepelio a una lechuza ya muerta, de vuelta, el chico me preguntó si aceptaría un regalo por haberme portado respetuoso con él.

-"hombre, mientras que no sea disecado..."  Y sonreí, pero el no... y borre mi ridícula sonrisa. Y ya no volvimos a hablar nada hasta q le deje en su casa.

Al llegar al barrio, de madrugada fui con paso rápido al hogar, subí los 4 pisos de mi casa en un santiamén (que bien traída la expresión) con el culillo apretado, vamos.

Y antes de meterme en la cama y taparme con la sabana me dieron ganas de rezar al angeldelaguardadulcecompañíatedacuuen...


Pero me quede sobao como un bendito.
Soy así de inmune al mal fario, algo bueno debía tener, ¿no creen?

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