lunes, 18 de julio de 2011

A Dos Ruedas


Les voy a decir una cosa...

Llevo observando esta camaleonica ciudad y cada vez me doy cuenta que no solo tiene mil caras, sino que, como espectros en ocasiones se me presentan una y otra vez. El pesimismo y el optimismo estan reñidos en esta gran urbe de polucion, cemento e insensibilidad.

Por eso, admiro a los que se montan en los caballos de acero, a veces obligados por el trabajo y otras por el puro instinto del placer de sentirse libres y sin ataduras, como la droga en vena, solo el minimo tiempo dirige y proyecta el placer durante su trayecto por las calles y avenidas de mi ciudad.

El viernes, empecé a analizar que tipo de personas se mezclan con esas herramientas mecanicas que vuelan y se liberan. He aquí parte de lo que estuve pensando.

 
Tunel de Joaquin Costa
Todo empezó por una amazona que me llamó la atencion de manera extrema. Llevaba un vestido de novia recojidito, con velo y todo.

Lo primero que pensé fue: "que cabezón tiene la pobre...".

Luego, me dí cuenta que era un reclamo publicitario. Una tienda o un modisto, que ante la flagrante crisis, el hambre de venta ha agudizado el ingenio, pues la gente que la vea intentara por todos los medios ver de que se trata. ¿Una mujer joven, seria, en un scooter y vestida de novia por las calles y avenidas de madrid?

El merito no solo lo tiene el que publicita su empresa así, el merito esta en la muchacha que debajo de el casco y debajo de unas gafas de aviador de espejo, tapa su identidad a capa y espada.

No me la imagino diciendo en un garito un sabado por la noche a sus colegas: "... pues yo trabajo de motorista publicitario vestida de novia..."   o lo mismo sí.

Pº De La Castellana
Lo que me hace ver el tema de los moteros es que dependiendo de la calidad del aparato así aparentan tener su estatus social. No se si es el proposito del espiritu libre e indomable de los seguidores de Easy Rider. por lo que el magma de maquinas es variadito.

Por eso a veces, como refleja mi segunda instantanea, en un semaforo se aunan en caracteres y ambiciones un pijo ejecutivo con un scooter de 650cc, con un mensaca del altiplano con una de 125cc y un mozalbete con una carreras de 750cc o mas, e impaciente por dejarles chupando con la lengua el humo de su rueda trasera. Viendole con envidia como se aleja.

Para poder cacarearlo porla tarde en la tasca de barrio ante sus colegas y su chica choni, que como buena choni, le pondra a 100 que su macho sea tan... dejemoslo en arriesgado motero.

Castellana a la altura del Bernabeu
Luego esta el triunfador de los triunfadores.

El que se gasta una pasta, (no quiero decir que los anteriores no lo hagan, la vida de un motero es un exceso constante, mantener un caballo de hierro agujerea cualquier cuanta bancaria con la misma facilidad que una ametralladora machaca un cuerpo humano), y tiene que exhibir su poderío.

Ya no solo por la maquina que lleva, sino por su atuendo, que es singular, casco especial anti-vaho, chupa de piel-piel (no de piel-piel-piel... ¡eso es plastiquete, amigo...!), botas ad-hoc especiales que sean como las de Spiderman y por supuesto: cara de indiferencia ante el mundo.

El resto de los humanos, no tenemos que ver en su cara ni frio ni calor ni angustia, ni diarrea ni dolor de riñones por la postura imposible que algunos llevan que parecen que van a parir encima de la moto... solo la estampa de un triufador.

Y si es una Harley, mejor... aunque sea de las baratas, pero que el escudíto del aguila se vea bien.

En fin, que les voy a decir, que a veces me dan envidia. Nunca tuve el valor de decidirme a conducir una, llevo el estigma de mi tio Gerard, muerto en un accidente el dia que Angel Nieto gano el Campeonato del mundo en Le Mans. Y no he podido vencerlo.

Lo que hago es vestirme de Dave Gahan en mi interior, y convertirme en el ser sumiso que cuando le interesa, deja que su amada le dirija como un sirviente del amor. Me pongo en el taxi Behind The Wheel y la disfruto...

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