domingo, 3 de abril de 2011

Saturday Night Fever


Apatruyando en la noche, voy observando a los rebaños de zombies, y digo bien, muertos vivientes de fin de semana, y viendo el percal me doy cuenta que la noche convierte en vivos a muertos que todavía no saben que lo están.

El grueso de la tropa se escapa en noches como esta del tedio, el suplicio, la amargura y la desaparición del dia a dia. Y me convierto en su maquina de teletransportacion. Me convierto en distintos personajes en noches como esta.

Paso de ser un simple cochero nocturno de alquiler a confesor sin confesionario, sicólogo sin diván, encubridor de secretos e infidelidades, comentarista de salón social y político, ponente de filosofía barata, amigo que todo borracho desea tener a su lado, esclavo que todo niño pijo quiere a su lado para recordarle en el trato que es un paria, que no vale para nada

El comprensivo adulador y aumentador de mujeres sin autoestima, voyeur subyugado por parejas exibicionistas que no tapan su deseo, en definitiva, el guardián de todas las ratas de ciudad que salen una noche de sábado.

Les llevo de la realidad al paraíso ficticio del fin de semana nocturno para que descarguen el día a día a base de alcohol, cenas copiosas, sexo furtivo y tristuras varias...

Y lo gracioso es que siento al final de la jornada empatía por ellos. Porque en el fondo me demuestran que no solo mi vida es una mierda, si no que la de ellos es peor... ¡Por que la de ellos no llega ni a eso!

Tener que evadirte de la realidad y entregarte a las bajas pasiones y diversiones extremas para despertar al día siguiente cual Toni Manero, con acidez y resaca o peor a un, dolor de esfínter o prúrito genital... Que triste.

Pero es lo que este mundo te regala.

Le das una parte de ti, te usa, te estruja y te deja vacío y a la larga desollado cual monda para que al final te lanzen al contenedor orgánico.

Solo hay que escuchar a Sabina en "Zumo de Neon" para entender que fauna converge en las alcantarillas de una decadente ciudad como Madrid. Solo que despues de 25 años ya lo de "... los jefes van de coca y los currítos de tinto y aspirina...", se ha quedado algo anticuado.

Pero la esencia es la misma o yo diría que peor.






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