jueves, 13 de enero de 2011

Verano del 80

Les voy a decir una cosa...

La percepción de la realidad no es la misma con 5/6 años que con 20/30 o 39 como tengo ahora.

Cuando eres niño todo te parece mas grande. El pan te parece mas grande, el Renault 4 de papá es mas grande, el lago de El Retiro te parece mas grande, los BigMac del Mcdonals te parecen enormes, hasta tus padres te parecen mas grandes de lo que en realidad en la actualidad son.

Sin embargo el mundo que te rodea es mas pequeño y tranquilo que lo que percibes en tu madurez. La sensacion de intranquilidad y escepticismo a cierta edad es ínfima pero progresiva y en la actualidad lo único que hacemos es cuestionarlo todo y no creernos nada.

Recuerdo con poca o ninguna nostalgia mis veranos en Orleans (Francia), ese país me parecía extraño pero avanzado en comparacion con la España de la transición, recuerdo esos viajes de 22 horas seguidas en un R4 o en un R7 cargados hasta las trancas de maletas o bolsas y mi sensacion extraña al pasar la frontera de Irun. Me sentía en otro mundo.

Ah, quel delicatesse!!!

Recuerdo con cierto pudor el verano del 80 en el que en unos de esos viajes en una estación de servicio, al niño le entro la necesidad de ir a charlar con el Sr.Roca porque desde hacía un tiempo sentía la llamada de la selva dentro de mi. Y me fascinó el lujo de aquella estación de servicio, aquel restaurante autoservicio que no habi visto en Madrid, con una tienda a la salida para comprar miles de articulos, me decia:

- Jo!... que pasada... que adelantados son los gabachos...

Pero lo que me sumió en la absoluta de las fascinaciones fue el WC al que entré ese dia.

Yo estaba acostumbrado a ir a unos WC lúgubres, con ambiente a mierder y ácido úrico en estado letal para el consumo humano, sin papel para limpiarse o con rollos de papel de estraza, como el que usan lo pintores marrón, el llamado "elefante" que no solo no limpiaba bien sino que te rasgaba la fina piel de tan púdica zona.

De entrada me sorprendió lo ancho que era la puerta, pero al abrirla, era como un servicio de uso exclusivo para uno. Con su lavabo con barandilla para apoyarte, por si perdías el equilibrio. un habitáculo de unos 12mts cuadrados que pensé "para que tanto espacio para una sola persona", una ducha, unas perchas a mi altura... y lo que me fascinó fue el retrete... era com un asiento de nave espacial, ancho, acolchado, con apoya brazos que se plegaban en la pared... parecía la nave de la serie Galacttica. ¡Papel higiénico blanco y lo mejor... suave!, bidé para poder hacerse uno después un baño cheko*

Cuando terminé era el niño de 10 años mas feliz y afortunado del mundo, conté mi descubrimiento a todo el mundo durante años.

Hasta que un día en unos de esos viajes horribles a ese país fui al WC e quise entrar en uno que me recordó a aquel del verano del 80. Era idéntico pero hubo un detalle que no me dí cuenta en aquellos años que ese día noté. Me senté en el retrete y mirando a la pared ví un cartelito en frances y un símbolo que me sumió en el mas atolondrado de los ridículos en mi vida...


No os lo vais a creer, pero aún pienso en las caras de asombro de algún franchute que me viera salir de tan fantástico aseo.











* Baño Cheko: Dícese del llenado de un bidé y con agua y jabon labarse la retambufa con la mano sin esponja y haciendo los siguientes ruiditos: "chekochekochekochekochekocheko"


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