viernes, 21 de enero de 2011

El Sexo Debil

Les voy a decir una cosa…
No sé si el mundo está dirigido por hombres o está dirigido por mujeres que dejan a sus hombres dirigir el mundo. Lo que está claro es que la mujer desde el principio de los principios, dirige y coordina la vida de cualquier familia.
No es algo exclusivo de las familias de estatus matriarcal.
Viendo un programa cansino de esos de “millonarios por el mundo” recuerdo que vi uno de Suecia o creo que era Finlandia… no se, el caso es que en ese país la mujer no era socialmente inferior a los ojos de los hombres. De hecho la vida social, económica, familiar era totalmente compartida por los dos, tanto hombre como mujer. De hecho explicaba la española que vivía en ese país que ya en los tiempos de los vikingos, ya ha llovido, la igualdad entre hombre y mujer era evidente en muchas ramas sociales de la época: en el trabajo, en el cuidado de los hijos, hasta en la guerra… yo pensaba cuando lo veía: “no me extraña, gordas y de 1,90mt de altura y bebedoras… ¡cualquiera las intentaba pegar! ¡Si hasta beberían más que un hombre!
Incluso explicaba  que cuando el vikingo se iba a la pesca por meses o a la guerra ellas eran libres de confraternizar sexualmente con quien quisieran, el vikingo solo tenía que poner su casco en la jamba de la puerta y así los otros vikingos que quisieran yacer con la nórdica verían que ella ya tenía mancebo en su lecho…  y socialmente estaba bien visto. Luego el que venía de regreso si era rechazado por ella aceptaba la derrota como un buen vikingo.
Igual  igual que en los países latinos.
Aquí hacia eso una mujer en los tiempos de Felipe V y como poco era encarcelada por alterar el orden público o simplemente por “casquivana”.
¿Que consecuencia ha habido en eso? pues que de forma sucinta la mujer de nuestro tiempo ha hecho que nos creamos que coordinamos la vida social o familiar y en realidad mandan ellas. Y claro siempre hay algún “machito” que dice:
-“De eso nada, aquí mandamos los dos… todo es de común acuerdo… ella respeta lo que la aconsejo…” y chorradas por ese estilo.
Claro.
Por eso vistes con la ropa que ella te dice de las rebajas…  
comes lo que ella te pone…
y coyuntas las veces que ella está de buen humor y no le duele la cabeza o está cansada…
por eso cada vez que por la calle y ves a una hembra te partes el cuello mirándola o te haces la película de si estuvieras con esa mujer… la de cosas que harías.
Típico de un hombre común y de nuestros tiempos.
Otra de las cosas que veo de la fortaleza de la mujer y que siempre me ha admirado es su autosuficiencia.
Ayer lleve a una mujer de unos 50 años al Hospital Gómez Ulla, me contó que era enfermera en turno de noche. Tuvimos una conversación muy agradable porque se sorprendió que a mí, como hombre, no me gustara el futbol y de ahí hablamos de viajar y de que ella quería haber ido a Paris de la Francia pero que no había podido porque el año que lo planificó con su marido, este falleció de un cáncer fulminante en tan solo 5 meses.
Les tengo que decir que la mujer era muy parecida a Diane Lane, pero en formato cañí, o sea, bajita, pero con una sonrisa muy agradable. Cuando me dijo que tenía 53 años me costó creérmelo porque yo la echaba 10 menos.
Me habló de que su marido murió hace 8 años y que ella se había dedicado a cuidar de su hijo de 26 que todavía tenía secuelas del trauma de perder a su padre de esa manera tan cruel. De hecho me dijo con total alegría que llevaba ya 11 meses sin medicarse y que iba a continuar sus estudios de abogacía.
Y pensé: “si esto mismo le hubiera pasado a un hombre… desde hacía 7 años ya tendría pareja y probablemente su hijo estaría trabajando y viviendo su vida a pesar de su probable depresión por haber perdido a su madre…”
Es curioso, los hombres enseguida reseteamos y ponemos el contador a cero por miedo a la soledad y ellas son autosuficientes y podrían vivir tranquilamente sin nadie en su vida.
Y sin embargo algunos piensan todavía que solo sirven para fregar, limpiar, dar teta y abrirse de piernas cuando les convenga.
Es curiosa la variedad  del género humano. ¿quien es entonces el sexo debil?

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