viernes, 14 de octubre de 2011

Diecisiete

Les voy a decir una cosa...

Hace 6.205 días, mas o menos a esta hora, el tiempo pasó ante de mí como el cometa Haley lo hiciera en los 90. Fue un día de alegría, extasis y felicidad. El mundo se abria ante mis brazos y ante los brazos de Diecisiete.

Yo se que todos decimos lo mismo al ver a nuestro angel disfrazado de novia, pero creanme si les digo que Diecisiete estaba arrebatadora, cuando la ví llegar vestida de fiesta nupcial necesité que mi corazón se colapsara para descubrir que no era un sueño... que era realidad, que era real. Estuve en una nube, era como descubrir en un paraje inospito en medio de un valle la mejor de las vistas, era el paraiso echo carne.

Fue el mismo efecto en mí que cuando me la presentaron el 7 de abril de 1992 en Almendrales. Fue un impacto en mi retina, me sentí un pirata que quería matar hasta conseguir tan preciado tesoro... su amor. Y me costó, ya te digo.

Hace 6.205 días que me permitió unirme a ella, soldarme a ella y dormir a sus pies.

Hace 6205 días que aceptó estar a mi lado, a pesar de mis defectos, que son casi un millón... o más, aceptarme como amigo, que cada día lo hago peor, pero ella me mira y me guia para seguir haciendolo como pueda, y fijate... solo han pasado 6.205 días y parece que fué ayer.

Nos parecía un sueño po der hacer realidad nuestros deseos, estar juntos y andar por la vida juntos. Y así lo hicimos hace 6.205 días. Y todo ha sido bueno y real, con sus defectos pero con sus milies de virtudes. Con sus tristezas pero tambien con sus milies de alegrias.

A veces Diecisiete, no puede mas conmigo, ni yo con ella y simplemente una mirada, un gesto, tocar nuestras manos, un abrazo hace que nos calmemos y sigamos.


Me embriagué de su amor y todavía me dura el efecto, y cuando se me pasa me ínco la aguja y me meto una sobredosis para enajenarme con ella. La necesito como un adicto en mi vida. Pienso en ella constantemente pero dosifico mi ansia y me adapto a ella, por eso se que no soy un enfermo, aunque a veces el mono pueda conmigo.

Me agota, me cansa, me astía, me anima, me ama, me enseña y me guia porque sabe que la necesito como un niño a su madre.Y si no lo hiciera sería la cucaracha mas pequeña que se podría pisar, me dejaría. No la quiero dejar marchar nunca porque es mi oxigeno. Simplemente la amo. Poco mas puedo decir.

Y no se crean, nuestro amor no es perfecto ni es hapy-hapy todos los días (eso se lo dejamos a los gílis-gílis), pero es el que sabemos dar y compartir entre nosotros. No lo sabemos hacer de otra forma y mira que lo intentamos. Pero nos sale este. No recuerdo que ella me dejara de amar nunca y si lo hizo alguna vez... me da igual. Sigue aquí a mi lado.... "una mala tarde la tiene cualquiera..." decía Chiquíto.

Miro atras y veo que vale la pena seguir amandola, vale la pena despertarme a su lado y observar sus silencios, admirar sus lunas a su lado y dejarme querer y quererla por encima de todo, a pesar de que últimamente no pueda con mi vida.

Pero merece la pena verla sonreir, o hipnotizarse con su mirada, sentir el calor de sus manos frias o llegar al Nirvana a su lado... porque la amo por encima de todo.

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