lunes, 17 de marzo de 2014

Divine



Les voy  decir una cosa...

Pasan cosas raras en esta ciudad, maldita ciudad. Pero el surrealismo nocturno supera la monotonía diurna, nunca viceversa. Pero también el surrealismo es cruel, porque escupe verdades aunque no se las quiera ver.

Despues de dejar a un pasajero, ausente con su celular de la manzanita mordida en la c/Almirante, la emisora me indica que tengo que recoger un poco mas allá en c/ Augusto Figueroa, (vamos, lo que viene a ser ChuecaTown), a "Divine".

Y acepté el servicio.

Divine, era una Marilyn como de 1,89 de altura subida peligrosamente en unas alzas como de 12cm mas. Espectacular, bella, rubia platino como se teñía Norma Jean, blanca muy blanca, de hombros anchos y pechos grandes con un escote que llegaba a la media luna.

Divine iba vestida a lo fiftties, con un vestido blanco de lunarcillos negros, con fleco de tul negro y minifaldero, medias de rejilla muy de fulanilla y unas piernas largas y estilizadas que enfundaban unos zapatos de tacón de aguja imposibles.

Me pidió con voz aterciopelada, mezcla de mujer afónica y tralará que se esfuerza para que su ronca voz no mate la mujer que lleva dentro. Me pidió, como dije, que la acercara a "la Joy... si eres tan amable...". Me puse en marcha, dejando en el maltero un trooli rojo donde supongo que llevaría sus enseres para hacer su actuación, o lo que sea que hiciera
a esas horas.

- "¿que perfume llevas...?" - le dije para romper el hielo de mi estufectación.

- "¿Te gusta...? es falsa falsa como yo... (y se rió) me lo regalo una maricona petarda que lo robó en una de esas tiendas de olores falsos..."

- "Que va, huele bien..." - y se hizo un silencio, pues le estaban llegando wasapes y ella intentaba escribir pero las uñazas de porcelana (falsa, supongo) la impedían realizar las respuestas.

- "¡Que harta me tiene la p***a tecnología!" - exclamó y después de haberse dado cuenta, se disculpó. "¿tienes que trabajar toda la noche? - me preguntó.

- " Hoy sí. Hay que aprovechar..."

Y ella me contó que la pasaba igual, pero que estaba harta de los fines de semana. Que era de pueblo, pero que aunque no se la notaba en el habla, lo era. Y que echaba de menos su vida anterior. Que era ésto o de scort en un piso privado, y que ya llevaba un par de años que no lo necesitaba hacer.

Después de un rato de agradable conversión, la dejé en la c/ Arenal. Me pagó, me dio las gracias por tratarla como un ser normal, y me pidió que la ayudara con la maletilla porque "a veces la gente me tira del pelo para ver si llevo peluca o me azota el culo... como si fuera una jamelga". Y accedí hasta que le dí la maleta a un ucranian de 2 mts, con traje y cara de temetounaossscomotepases.

Seguí mi camino en la noche. No soy de comprender mucho a los freaks de la ciudad como Divine, entiendo que si uno quiere vvir ese tipo de vida, ha de entender que tiene sus cosas feas. Pero que al final la razón te ayuda a ver que que eso no es vida. por mucha coca que te metas o por mucho glamour que obtengas. Si es que obtienes algo.

Me acordé de Candy Darling, la amiga transexual que tuvieron los Velvet Underground musa de Warhol (y que Tamara Seisdedos se da un aire).

Me acordé de la canción que la hicieron unos meses antes de morir de leucemia. Con una letra tan triste como la triste existencia de personas que tienen tan distorsionada su visión de su físico o su way of life. Una letra inspirada en las conversaciones que tenía con Lou mientras que sospechaba que su fin llegaba y en su carta de despedida:

"Cuando lean esto, ya me habré marchado. Desgraciadamente, antes de mi muerte no me quedaban deseos de vivir. Incluso con el apoyo de todos mis amigos y de mi prometedora carrera, me siento demasiado vacía como para continuar con esta existencia irreal. Estoy tan aburrida de todo... 

Podría decirse que estoy mortalmente aburrida. Puede sonar ridículo, pero es verdad…ojalá nos volvamos a encontrar todos de nuevo. Adiós por ahora”.










Candy dice:  
he llegado a odiar mi cuerpo y todo lo que necesita en este mundo 
 
Candy dice:  
me gustaria saber de verdad todo aquello de lo que el alma habla discretamente
Voy a observar los pájaros azules volar sobre mi hombro...
Voy a mirarlos pasarme 
quizás cuando sea más vieja... 
¿Qué crees que vería si pudiera salir fuera de mí? 


Candy dice:
 odio los sitios tranquilos que causan el más pequeño sabor de lo que será 

Candy dice:
odio las grandes decisiones que causan revisiones interminables en mi mente
Voy a observar los pájaros azules volar sobre mi hombro...
Voy a mirarlos pasarme...
quizás cuando sea más vieja...
¿Qué crees que vería si pudiera salir fuera de mí?



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