miércoles, 5 de septiembre de 2012

La Última Noche Del Penelope



Les recojí a eso de las 04:26 de la madrugada del Penelope. 

Eran cuatro amigos celebrando algo que celebrar, la edad de cada uno no superaba las 3/4 partes de la mía.
3 chicos y una chica. 

Me llamó la atención que uno de ellos parecía que no disfrutaba igual de las bromas y sandeces que el alcohol les hacia decir y hacer, o viceversa.

El trayecto fue un tanto tortuoso, pues he de decirles que cuando transporto ganado alcoholizado no es agradable, para mi. A veces es mas tedioso que llevar un niño suicidable. Yo obserbaba a mi copiloto (el agasajado con tan magna fiesta), y parecía distante. Como si la fiesta que se había organizado no iba con él. Callado, ausente, taciturno.

Gradualmente fuimos descargando a los demás, hasta que quedamos: mi copiloto, la chica y servidora.

Cuando llegamos a la c/ Minerva, en Vicalvaro, la chica salió sin despedirse (cuanta amabilidad) pero mi copiloto no se movía.

- "¿Es que no piensas bajar...?" - dijo dirigiéndose a él buscando las llaves del portal.

- "No... no me apetece... sube tu, me apetece oxigenar mi mente..." 

La chica ligeramente embriagada, con el gesto de sus cejas y su mirada lo dijo todo y no se le oyó decir nada. Y entró al portal.

Él no me decía destino, miraba fijamente al frente, y yo esperaba. 35 céntimos después, pregunte a donde quería que nos fuéramos. Me miró y me dijo:

- "Por gustarme... me gustaría desaparecer de esta maldita ciudad... ¿no le ha pasado nunca que se encuentre a veces solo y esté rodeado de personas?... Estoy harto de tanta falsedad. Esos no son mis amigos, y esa ha dejado de ser mi compañera... estoy muy harto y el problema es que no sé como romper todo este vinculo... porque se desmoronaría las piezas del puzzle de mi vida... y es algo que me astía y me angustia cada vez mas... Hemos celebrado una pequeña despedida de solteros y se que me la está pegando con el que hemos dejado en Luis Ruiz... lo sé desde hace tiempo... y los he vuelto a pillar esta noche en los baños del Penelope, ellos no me han visto, pero yo si..."

De repente hubo un silencio, una reata de angeles pasaron por encima de nuestras cabezas. Me armé de valor y dije:

- "¿Y donde quieres ir...?  porque en la vida marcamos un destino con un rumbo, a lo mejor el trayecto no es fácil, no es fácil mover la maquinaria, pero lo importante es saber a donde quieres llegar... o si quieres llegar..."

- "No lo sé... pero no quiero seguir con esta pantomima, ¿sabes...?" -  dijo mirandome a los ojos y con los suyos encharcados a punto de desparramar la rabia y tristeza contenida. Abrió el portal y entró.


Les voy a decir una cosa...

Muchas veces en mi vida me he sentido igual. 

A veces sentimos que la vida que llevamos no es la vida que hemos planificado o deseado. Muchas veces me siento solo en medio de multitudes de espectros que ya no tienen ningún significado para mi, muchas veces deseo tener otra vida, pero tengo esta. Tenemos la que tenemos, y si no nos gusta somos nosotros los que tenemos que movernos, porque la tierra ya gira poco a poco y nosotros en ella. 

Y si queremos llevar otro rumbo hay que adaptarse y sufrir las consecuencia o los embistes de las nuevas circunstancias.

O simplemente dejar nuestra barca a la deriva.



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