miércoles, 29 de febrero de 2012

04:00 At Saturday Night (Una Historia Cualquiera)


Les voy a decir una cosa...

A veces he sido testigo circunstancial de situaciones graciosas o tediosas o simplemente enigmáticas. Cada día una historia nueva. Soy como ese mueble, esa figura de la casa que a medida que va pasando el tiempo ha ido viendo como crecen los miembros de una familia pero que de manera inerte no puede expresar nada, ni felicidad ni tristeza.

Simplemente se me permite mirar por mi espejo retrovisor, como ese voyeur que silenciosamente disfruta de mirar por la rendija o el agujero de la cerradura sin que le obserben a él. Porque para muchos de mis usuarios yo no existo. Es gracioso, a veces se sorprenden cuando les digo que ya hemos llegado al destino, y me miran con cara de "¿que hace usted aquí...?"

Fue un sábado night a altas horas de la madrugada. Cuando trabajo de nocturno me limito a buscar las zonas de mi ciudad en las que sirvo de soporte transportador para que después de la última copa lleguen sanos y salvos a sus casas. Unas veces sobrios, otras no. Y al estar parado a eso de las 04:00 de la madrugada después de llevar (posiblemente) 12 horas a mis espaldas, uno estar en una irritable duermevela que mientras que no me hayan alquilado es como si me hubieran drogado y solo pudiera mover la ceja izquierda. Hasta que se abre la puerta.

Esta vez se abrieron las 2 puertas traseras a la vez.

Era un hombre y una mujer, pensé que vendrían juntos, que estarían enfadados o medio borrachos, me dí cuenta que ella venía por mi parte delantera, la veía venir. Era alta con el pelo corto, encrespado y oscuro. Vestía muy chic muy de ZaraMango que es lo que se lleva y era muy bella, poco maquillaje, no la hacía falta.

Él abrió la puerta y luego caí en la cuenta que venía de detrás, lo que me indicaba que no venían del mismo sitio, solo que habían coincidido. Ella ya estaba dentro cuando él hizo el intento de entrar, lo hizo y de repente los dos se quedaron mudos mirándose con una rara expresión. Yo los obserbaba por el retro y note que se conocían pero que la noche los había vuelto mudos.

- "¿A dónde vamos...?" - dije.

- "Si quieres me voy y cojo otro taxi..." -dijo él. Mientras que ella no dejaba de mirarle con una media sonrisa y una media mueca de odio.

- "No te preocupes... si quieres podemos ir juntos y te bajas en tu casa... porque, sigues viviendo en nuestra casa ¿no?, bueno... vuestra casa... y luego yo sigo... ¿te parece bien?" - dijo ella.

- "Si a ti no te parece mal... por mí perfecto..." dijo él.

Y empezamos la carrera. Mientras que ibamos hacia la calle Ulises, durante los 3 minutos posteriores solo se oyó el ruido de mi motor y Rock FM. Me hubiera gustado llevarles la hora anterior, pues a esas horas está Iker Jimenez con su Tercer Milenio y da mucho juego para reír y charlar sobre lo grillada que está la gente... pero no. El viaje transcurrió mientras empezó a sonar el "Is This Love?" de Whitesnake.

Los dos miraban por las ventanas, anonadados por la coincidencia, y mientras empezaba la segunda estrofa ella cortó el silencio.

- "Bueno... ¿como es que estas solo... como se encuentra mi amiga...?"

Él , como si le hubieran pellizcado un testículo con el cajón de la mesita, parpadeó y volviéndose a colocar en el respaldo comentó nerviosamente:

- "Bien... bien... está en Murcia con sus padres... está bien... yo había quedado con Juanchu y con Miguel... Te veo bien, estas muy guapa..."

Ella puso cara de odiarle y desvió la mirada hacia la calle pero sin que se diera cuenta tuvo una leve sonrisa de victoria.

- "Soy felíz. Hacía mucho tiempo que no lo era... y fíjate que cuando me dejaste, pensé que no lo superaría y que mi vida no tendría sentido sin tí... pero no. Como tu me dijiste en aquella ocasión: "Nadie se muere por nadie"... Y tenias razón. Han pasado 3 años desde que abandonaste, y sigo aquí... ¿y tu...?, perdón, ¿y vosotros que tal?"

Cada palabra que ella le decía era como un puñal que le iba clavando. Él solo iba encajando los golpes como ese boxeador que recibe y recibe pero que sabe que lo mejor es no atacar. No sería ético.

- "Bien, yo me doctoré al final, y Gabi sigue en la óptica... estamos... estamos bien... te veo muy bien, tienes el fuego interno, lógico y normal, de odio a mi... pero prefiero que estés así que no como cuando fue la última vez que hablamos hace casi 3 años... me alegro por ti. Ya estamos llegando... toma, coje esto... es mi parte de la carrera..."

- "No te preocupes... pago yo, como en los viejos tiempos que nunca llevabas dinero y esperabas a que fuera yo la que me ocupara de todo... incluso no tuviste el valor de decirme la verdad... tuviste que mentirme hasta en eso... me alegro de verte bien. No te preocupes no diré a nadie que nos hemos visto... también lo negarías, como todo en tu vida..."

Y se bajó. Ella me pidió que esperar un momento mientras veía como se alejaba y entraba en su portal. Él antes de cerrar la puerta se paró, miró al suelo, y volvió la vista atrás hacia el taxi. Sus miradas se encontraron, y ella me pidió que la llevara a su casa.

Cuando le fui a devolver el cambio note que estaba llorando, que tenia gesto de dolor mezclado con rabia. pero a la vez su semblante era de victoria. Ella aun no lo sabe, pero no perdió. gano la batalla. solo que en la batalla, siempre hay perdidas y eso es doloroso.

Arranqué y su silueta se fundió con el amanecer, como en una poema de una persona nueva.


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