miércoles, 2 de noviembre de 2011

El Extraño Caso De Los Ojos Sin Alma


Les voy a decir una cosa...

Desde siempre me fascina el genero femenino y su capacidad de sugestión ante distintas situaciones.

Pueden ser totalmente asepticas e indiferentes en momentos de excitación colectivas como por ejemplo ante una final de un Madrid - Barça. Como tambien totalmente empalagosas y absorventes en la final de un primer dia de rebajas en cualquier factory a punto de cerrar. No se lo aconsejo presenciarlo.

El tema es que normalmente el entorno sea afín a sus intereses. Si el tema le apetece, agarrate los machos porque te dejará sin aliento, ahora, si el tema te apetece a tí... amigo, dálo por perdido. Como cantaba el gran Riki Lopez cuando hablaba del amor: "cuando quiero, ya sabes... ella dice que no. Cuando es ella la que quiere... ¡hala! ni pregunta, me viola, me usa, abusa... de que no se decirle que no..."

Pues bien, despues de granjearme la amistad de mas de una de mis leyentes, (un beso y un abrazo para ellas), le pongo en situación:

Sube a mi carromato una muchacha veinteañera con aire de superioridad, bien conjuntada con sus complementos a juego y me indica que vamos a Boadilla pero antes haremos una parada. Hace una llama de telefono y queda con alguien indicandole que en unos minutos llegará.

Cuando estamos llegando al lugar donde me indicó parar, unas manzanas antes saca de su bolso del osito un medicamento, lo abre y veo que son como unas gotas, ella me indica que en el siguiente semaforo pare que la estan esperando, miró y atisbo a ver a un mozo veinteañero de la misma tribu urbana que ella (pijo) y él lleva consigo una bolsa de plastico de buena calidad con una publicidad de una marca de ropa de muy buena calidad. Es un rasgo identificativo de esta tribu urbana... bueno, esa y que sesean, adoran a los Iphones 4 de hecho cuando nacen se los pegan con Loctíte y suelen lleva una bufanda gorda en invierno como unico abrigo aunque esté pasando el mas cruel de los frios corporales y un fular en verano aunque vayan en bermudas y camisa, camisa de la marca del tio a caballo jugando al polo, of course...

Antes de bajar se pone en los ojos unas gotas de ese medicamento, se frota los parpados se pellizca la nariz y los pomulos y de repente su cara se transforma en "alma abatida", empieza a moquear y se baja del taxi. Él parece distante, le entrega la bolsa la indica que esta todo lo que tenía en el baño, su cepillo de dientes, etc y la dice que tiene prisa.

Ella parece implorar piedad, le dice que no puede dejar de llorar pensando en él.

-"¡¿Dejar de llorar?... una mieeerda grande como un niño de 6 años!" - pienso.

Él le dice que no, y que no y ella mientras le pide una oportunidad. Él amablemente abre la puerta del taxi, la pide que entre. Abre la puerta de mi derecha y me pregunta cuanto se debe y cuanto costará la carrera a Boadilla. Yo, miro por el retrovisor y veo que ella hace que llora, y le digo el importe aproximado. Me da el importe y 10€ mas y se disculpa "por el espectaculo que han dado" cito textualmente mientras ella sigue gimoteando.

Y nos vamos. Cuando llegamos al destino me asombra que al dar la vuelta a la esquina, cuando le dejamos, ella volvió a su estado natural de mujer que sabe lo que quiere. Ni el mas minimo gesto de dolor ni pena, es mas, mientras nos ibamos empezó a wasapear y se reia.

Se fué sin despedirse, pero dejó olvidado en el asiento detras de mí el medicamento, Dracolux 100ml. cuando llegué a casa, busque en Google que era y me quedé ojiplatico, estupefaciente, como si hubiere visto a la madre de Deu bajando del cielo.

Ponía en San Google: Dracolux, lagrimas artificiales.

La tía por no tener no tenia ni lagrimas en su interior, no hablemos de amor, eso debía ser un expediente X en ella. Y él muchacho lo acababa de descubrir y la había mandado a paseo... conmigo.

Me hizo gracia, me duché pensando en un tema de Ivan Ferreiro y me abrazé a mi chica hasta el día siguiente de mi aburrida vida.


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