Les voy a decir una cosa...
En la soledad de mi carrotasís a diario me suceden cosas comunes a los demás mortales. Cosas que no hacen que mi vida sea algo distinta a la de ustedes.
Por mi asiento de atrás pasan gente desconocida con sus vidas, enriquecidas con salpicones de tristezas, comedias, usuras, misterios... misterios... ayer lo que me ocurrió fue un poco misterioso.
A eso de las 18:47 en la calle General Oraa, sube a mi nave del misterio (que diría Iker Jimenez) un tipo común, vestido de forma común, y de aspecto común. Pero para mi era alguien conocido.
Y vaya que si lo era... ¡era Emilio!.
Emilio me acompañó toda mi infancia, era inseparable, jugábamos, reíamos, nos enfadábamos a todas horas. Fijense que hasta vivía y dormía conmigo... en mi imaginación.
Emilio tenia una sonrisa peculiar, y no me juzgaba cuando era mas lento que él o pedía repetir otro plato de postre, ni se reía de dixlesía comprensiba. Es mas, me ayudaba con paciencia a comprender lo que ponía en los libros del cole. Eso si, a él también las mates y química se le daban fatal... suspendiamos siempre.
Para ser mi amigo imaginario Emilio era genial. Hasta que un día discutimos por Bertha Caballero. Nos gustaba a los dos y yo notaba que a ella le atraía él mas que yo. Me entraron unos celos asesinos.
Así que al sentirme traicionado le dije que me dejara, que no le necesitaba... y se fue, salió corriendo.
Así que al sentirme traicionado le dije que me dejara, que no le necesitaba... y se fue, salió corriendo.
Y mira 25 años después monta en mi taxi. Ya no soy el único que ha engordado, pero sigue igual. La misma mirada, la misma sonrisa picara y traviesa, la misma marca en la cara que se hizo cuando fuimos a tirar piedras a los del San Juan Bautista y le dieron (fue idea de él, yo no tuve nada que ver con aquellas ventanas rotas).
- "¿Como estas Emilio? No has cambiado nada...". - dije.
- "¿Cómo sabe mi nombre...?" - me dijo sorprendido.
- "Te veo fantástico... pensé que estabas muerto. Como después de pelearnos te fuiste y me dijiste que no te vería mas."
- "¿Muerto?".
- "Claro, no te acuerdas de mi porque hace mas de 25 años que te fuiste. Soy Dan, tu mejor amigo de la infancia. Bueno... tu mejor amigo imaginario. Te viniste a vivir en mi mente el día en que nos encontramos después de la muerte de tus padres... Te he echado mucho de menos todos estos años."
- "¿Como sabe usted lo de mis padr..." - y abrió la puerta y se fue corriendo.
Todo seguía en su sitio, nada había cambiado. Emilio no llevaba bien lo de ser huerfano. Es una pena, se fue sin dejarme decirle que lo sentía mucho y que había sido un egoísta. Que al final Bertha se lió en octavo con Carlos Bruño el mangui de la clase C.
Y que sentí su perdida todos estos años. Pero Emilio, como siempre, tenia que estropearlo todo y salir corriendo.
Y que sentí su perdida todos estos años. Pero Emilio, como siempre, tenia que estropearlo todo y salir corriendo.
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