Les voy a decir una cosa...
Ultimamente se abran dado cuenta que mi constancia narrativa a menguado, ¿sera la crisis, la prima de riesgo, la ausencia de anécdotas...? O lo mismo es que sufro de un mal que los escritores (no yo) sufren a menudo cuando están inventando al escribir. A saber: El Mal del Papel En Blanco, osea, el consabido bloqueo mental.
Tengo tal bloque ultimamente que no me concentro ni para subirme la cremallera... ¡no te digo ná si tengo que ponerme algo con botones!
Y lo mismo pensaran que es que en estas 3 semanas no me ha pasado nada reseñable, pues no se crean, he tenido varias conversaciones muy agradables a la par de interesantes con clientes y clientas, con una chica muy joven maltratada, con una meretriz que pensó que era su confesor no su chofer... con un economista al que no le cuadraban las cuentas de su vida... con turistas mexicanos encantados de venir a la madre patria... con una viuda muy agradable que no echaba de menos a su esposo y me pareció intuir que mas que una muerte natural, fue un asesinato...
Pero es que hasta hoy no me apetecía sentarme ante el teclado de mi alma para derramarla públicamente. No me apetecía y no se me ocurría como empezar. Por eso me adueñé en su día de la coletilla que usa Alsina para comenzar a escribir, porque me da pudor ir de lo que no soy. Porque en realidad no soy nada. No soy un taxista porque no me siento así, no soy escritor porque no vivo de ello, no soy ni siquiera un bloguero porque no muestro el mas minimo interes de mejorar mis blogs, no soy buen hijo y no se porque, no soy buen amigo porque a veces espero demasiado y me desanimo, no soy buen compañero porque no se que se espera de mi, no soy nada porque no hay nada que merezca la pena ser.
Solo soy ese papel en blanco que día a día se coloca en la maquina de escribir y espera ser estampado violentamente con caracteres que no espero y que son juntados a voluntad de alguien con ganas de plasmar su mente en él. Soy igual de frágil y aspero al mismo tiempo, igual de simple que con solo forzar minimamente me rasgo y que con solo acercar una fuente de tu calor me quemo y me reduzco a la nada. Chamuscado e inservible.